Intervenidos más de 10.000 litros de gasolina del “petaqueo” en Adra y El Ejido

Más de 10.000 litros de gasolina preparados para abastecer a narcolanchas. Ese ha sido el resultado de un doble operativo desarrollado en las últimas horas por la Guardia Civil en Adra y El Ejido, dentro de su lucha contra el narcotráfico en el Poniente almeriense. El combustible, almacenado de forma clandestina y sin ninguna medida de seguridad, se encontraba repartido en garrafas expuestas a temperaturas extremas. Los agentes han detenido a dos hombres, de 28 y 30 años, acusados de un delito de riesgo contra la seguridad colectiva.

El hallazgo más importante se ha producido en la zona limítrofe del municipio de Adra, donde la Guardia Civil ha localizado lo que describe como una base logística de distribución: un punto oculto de almacenamiento con más de 10.000 litros de gasolina y cuatro embarcaciones semirrígidas con sus respectivos motores, listos para su puesta a flote. El destino, presuntamente, eran embarcaciones de alta velocidad dedicadas al tráfico ilícito por mar.

En una actuación paralela, desarrollada el martes en El Ejido, los agentes encontraron una furgoneta estacionada con 400 litros de gasolina en su interior, también en garrafas y sin condiciones adecuadas para el transporte. El vehículo fue inmovilizado, y su conductor ha sido propuesto para sanción por varias infracciones graves relativas al transporte de mercancías peligrosas y al almacenamiento indebido de combustible en la vía pública.

Una práctica de alto riesgo: el “petaqueo”

Los dos operativos están directamente relacionados con una práctica cada vez más extendida en la costa andaluza: el “petaqueo”, un sistema de acopio de gasolina mediante compras fraccionadas en estaciones de servicio, a menudo utilizando a varias personas o vehículos para pasar desapercibidos.

Tras esa recogida dispersa, el combustible se almacena en puntos clandestinos, sin control ni ventilación, y se emplea para abastecer por mar a lanchas rápidas que operan al margen de la ley. Según destaca la Guardia Civil, ninguna de las personas implicadas en estas cadenas logísticas —desde la recogida hasta el repostaje en alta mar— puede alegar ignorancia sobre el destino final del carburante, que suele estar vinculado al tráfico de personas, drogas u otras mercancías ilícitas.

El Instituto Armado incide en que la acumulación de miles de litros de gasolina en garrafas, especialmente bajo temperaturas extremas como las que se registran estos días en el Poniente, representa un riesgo de explosión equivalente al de 90 kilos de dinamita. Se trata de una amenaza real para la población, tanto por el peligro físico que supone como por el uso final del combustible.

Investigaciones en curso y llamamiento ciudadano

La investigación sigue abierta y no se descarta la implicación de más personas. Se han solicitado informes técnicos para acreditar el grado de peligrosidad del combustible intervenido, su deficiente almacenamiento y su destino previsible.

La Guardia Civil ha querido lanzar un mensaje claro: el petaqueo no es una actividad menor, sino una operación que alimenta redes criminales y pone en riesgo la seguridad de todos. Además de sus derivadas penales, esta práctica supone un riesgo evidente de incendio o deflagración en zonas urbanas, polígonos o naves agrícolas donde muchas veces se acumula el carburante.

Desde la Comandancia se ha reiterado el llamamiento a la colaboración ciudadana, animando a denunciar cualquier movimiento sospechoso relacionado con la manipulación, almacenamiento o transporte irregular de combustibles. En un contexto de calor extremo, la mezcla entre garrafas de gasolina, vehículos no autorizados y redes criminales es una bomba de relojería que puede estallar en cualquier momento.