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El Jairo Ruiz suda la gota gorda en Almería

Mientras Ayuntamiento y concesionaria dirimen diferencias en los juzgados, surgen nuevos problemas: diez días sin aire acondicionado

Chequeo al Rafael Florido y Jairo Ruiz para zanjar su desgaste con otra empresa

Una joven a las puertas del Jairo Ruiz, en el barrio de Los Ángeles. / Marian León

En plena ola de calor, el Jairo Ruiz suda la gota gorda. Los usuarios de este centro municipal deportivo, dependiente del Ayuntamiento de Almería, llevan diez días acudiendo a las instalaciones sin aire acondicionado. Es una avería, pero no sin ese debido ‘sin más’, y no ya por las elevadas temperaturas. Es otro problema que viene a sumarse a una larga lista de quejas por deficiencias en estas instalaciones situadas en el barrio de Los Ángeles que han provocado que el Consistorio de la capital y la empresa concesionaria de las mismas se enfrenten en los juzgados, pendientes de dirimir sus diferencias.

“¿Todavía está el aire acondicionado roto?” Es la pregunta, a modo también de exclamación de Cayetano Cabrera, quien ayer acudía a su cita con sus ejercicios físicos con la idea de que el calor de la calle no se sintiera en el interior del centro. “Si lo llego a saber, ni vengo”, comenta este vecino de Los Ángeles aún incrédulo de que, desde su última visita al gimnasio –la semana pasada–, todavía los sistemas de climatización no se encuentren operativos.

Lleva tres años apuntado al Jairo Ruiz, consciente de que, a sus 73 años, es necesario la actividad física para mantener un buen estado de salud y, desde su experiencia como usuario, añade otras deficiencias cuya reparación se le antoja un imposible. “Hay máquinas que no funcionan, como una cinta de correr que lleva dos años sin que la arreglen” , apunta este abonado que comparte espacio con Ana Belén Baeza, una joven de 19 años.

Asegura que el calor no le importa tanto. De hecho, la sensación térmica en el interior del centro es más llevadera que al pleno sol de la calle. No obstante, reconoce las dificultades que está teniendo estos días para entrenar, porque no es una cuestión de edad. “No tengo unas buenas condiciones físicas, sudo y me mareo, pero tampoco me quejo”, afirma, más molesta por “dos cintas sin funcionar” y la piscina cerrada “desde hace –recuerda– bastantes años”.

Fue uno de los motivos por los que un nutrido grupo de abonados emprendiera una recogida de firmas en 2023 al objeto de reclamar la intervención municipal y la reparación de averías como la denunciada ausencia de agua caliente en las duchas. De forma paralela, el Ayuntamiento abría expedientes sancionadores a la empresa concesionaria, Supera (Sidecu), que también se encarga de la gestión del pabellón Rafael Florido y del José Antonio Segura, en Barrio Araceli.

El Ayuntamiento se puso ayer en contacto con la empresa concesionaria al objeto de requerirle la reparación, lo antes posible, del aire acondicionado, obteniendo, según ha traslado el Consistorio, una respuesta afirmativa.

Los tres citados son los equipamientos que ahora está chequeando una empresa externa contratada por el Ayuntamiento a la vista de que el proceso judicial se alarga. El contrato de concesión vence dentro de seis meses, razón por la que el Patronato de Deportes está confeccionando los pliegos de condiciones para, sobre la base de los informes de la empresa asesora, lanzar de nuevo estas instalaciones a concesión, según explicaba recientemente el concejal de Ciudad Activa, Antonio Jesús Casimiro, cuyo propósito es concadenar la salida de Supera con la entrada de una nueva concesionaria sin cierre temporal de las instalaciones.

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