El de este lunes es el terremoto más grande que ha sufrido Almería en los últimos 70 años

El terremoto registrado este lunes al sureste del Cabo de Gata, de 5,3 de magnitud de momento (Mw), la escala sísmica utilizada por el Instituto Geográfico Nacional (IGN), es el más grande que ha sacudido a la provincia de Almería en los últimos 70 años.

Según el informe del IGN, en la costa de Almería han ocurrido importantes terremotos históricos muy destructivos entre los que destacan los terremotos de intensidad VIII-IX del año 1518 en Vera y de 1522 en Alhama de Almería (o Instinción); la serie sísmica de 1804 de Dalías, también de intensidad máxima VIII-IX; y los terremotos de 1910 en Adra de intensidad VIII.

Es, como se ha dicho, el terremoto de mayor magnitud ocurrido en la costa de Almería en los últimos 70 años. Otros terremotos recientes destacados en la zona son el terremoto de Berja de magnitud 5,0 en 1993 sentido con intensidad máxima VI-VII y el terremoto de Gérgal de 4,6 Mw en 2002, sentido con intensidad V.

No obstante, lo más inusual es la zona concreta del epicentro de este último terremoto, en el mar a unos 30 km en línea recta de San José (Níjar). En la zona epicentral (distancias inferiores a 20 km del epicentro) no se tenía constancia de terremotos similares. El de mayor magnitud en el catálogo sísmico hasta la fecha era el del 27 de febrero de 1956 de magnitud 4,3 Mw e intensidad máxima III.

Los terremotos más graves de la historia en Almería

Almería es una zona de alta peligrosidad sísmica. La falla de Alhama de Murcia, la de Carboneras o la de Palomares, junto con los sistemas sísmicos del mar de Alborán, convierten esta zona en una de las de mayor riesgo de Europa occidental. Las áreas más vulnerables se localizan en el Levante almeriense y Las Alpujarras, dos regiones donde la historia ha dejado huella en forma de destrucción.

El 22 de septiembre de 1522 se produjo el terremoto más destructivo jamás registrado en España. Su epicentro se situó en las Alpujarras, dentro del actual término municipal de Instinción, y alcanzó una magnitud estimada de 6,8 grados y una intensidad VIII-IX. A solo un kilómetro de profundidad, la sacudida fue devastadora: más de un millar de muertos y daños graves en unas 80 localidades.

La ciudad de Almería quedó prácticamente arrasada: la muralla se vino abajo y el 80 por ciento de las viviendas colapsó. Aquel desastre dejó una huella indeleble en la memoria colectiva y en las crónicas de la época.

La comarca del Levante también ha sido escenario de terremotos históricos. En 1406, un fuerte seísmo destruyó buena parte de Vera, incluida su fortaleza y muralla, con un balance de 72 víctimas mortales.

Peor fue el seísmo que se produjo un siglo después, en noviembre 1518. El enorme terremoto de intensidad VIII-IX destruyó por completo la ciudad de Vera (entonces Bayra), que tuve que ser construida de cero en un llano cercano, constituyendo la que es la ciudad actual.

Ese seísmo provocó la destrucción total de la fortaleza y de la muralla y el derrumbamiento de más de 200 casas. Fallecieron 150 veratenses. También afectó a Mojácar, donde cayeron torres, se hundió la fortaleza y un tercio de las casas fueron derribadas (el resto inhabitables). Allí murieron 14 personas.

Durante el siglo XVII, Almería capital volvió a temblar. En 1658, la Alcazaba sufrió nuevos daños y se reportaron derrumbes en el Poniente y el Levante. El 3 de mayo de 1751, el epicentro se trasladó a Vélez-Rubio, donde se registraron grietas en viviendas, desplazamientos de acuíferos y daños en el terreno.

En 1804, un terremoto de magnitud estimada de 6,4 sacudió al Poniente. Se destruyeron la mayoría de edificios de Dalías, Berja y Roquetas.

A finales del siglo XIX, en 1894, el municipio de Nacimiento vivió su propio episodio sísmico. Y ya en el siglo XX, localidades como Santa Fe de Mondújar, Ocaña (Las Tres Villas) o Dalías sufrieron sacudidas notables entre 1911 y 1912.

El último terremoto con cierto impacto en la provincia se produjo en 1993, con Adra como epicentro. Aunque no hubo daños estructurales graves, sí se registraron grietas en fachadas, desprendimientos de rocas y alteraciones en fuentes y manantiales. El seísmo fue sentido en Darrical, Turón, Murtas, Lucainena, Ugíjar, Alcolea, El Ejido y Adra, entre otros.

En el historial sísmico de la provincia hay otros muchos temblores de importancia, aunque no causaron tantos daños como los mencionados.