El aire que respiramos en Almería ya contiene plástico: así puede afectar a las personas

La Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) confirma concentraciones de hasta 39 partículas por metro cúbico en la provincia de Almería

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Pantallas informativas sobre la calidad del aire en Almería capital. / Javier Alonso

Es una realidad científica constatada y medida: el aire de la provincia de Almería ya contiene microplásticos en suspensión. Así lo confirma una investigación preliminar liderada por la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) y la Universidad de Almería, que ha logrado poner cifras a esta "lluvia invisible" mediante un sistema de muestreo activo. El estudio se ha desarrollado en tres escenarios estratégicos que definen nuestra tierra: el Campo de Dalías, la ciudad de Almería y el entorno del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.

Los resultados obtenidos durante las campañas de 2024 no dejan lugar a dudas sobre la presencia sostenida de estas partículas en la atmósfera. Según los datos recopilados, las concentraciones en las áreas urbanas y agrícolas oscilan entre las 25 y las 39 partículas por cada metro cúbico de aire filtrado. Incluso en el aire del Cabo de Gata, teóricamente protegido y alejado de la gran industria, se han registrado 19 partículas por metro cúbico, lo que evidencia la capacidad de estas fibras para viajar largas distancias impulsadas por el viento.

Seis polímeros detectados en el aire almeriense

En cuanto a la composición química, el estudio ha identificado seis tipos de polímeros diferentes en el aire de la provincia: PET, PE, PU, PA, PAN y PP. El más frecuente de todos es el PET (tereftalato de polietileno), material base de la mayoría de envases y de gran parte de la ropa sintética actual. También se han detectado polietileno (PE) y poliuretano (PU), lo que confirma que el origen de esta contaminación es una mezcla entre la degradación de plásticos agrícolas y el desgaste de materiales cotidianos de la zona urbana.

Lo que realmente flota sobre Almería son, en su gran mayoría, fibras plásticas. El análisis morfológico realizado por el equipo científico revela que estas fibras suponen entre el 70% y el 80% del total de microplásticos hallados en los muestreos. Gracias al esfuerzo humano de investigadores como M.Y. Huang, M.J. Martínez-Bueno y L. Cortes-Corrales, se ha podido determinar que estas partículas son tan ligeras que permanecen suspendidas de forma constante en el aire.

Investigación preliminar sobre la detección de microplásticos en suspensión aérea en Almería, una gran zona de invernaderos. / EEZA - CSIC

Tecnología de vanguardia diseñada en Almería

Para llegar a estas conclusiones, la ciencia de Almería ha validado un dispositivo de muestreo activo totalmente pionero. Este aparato permite filtrar un volumen estandarizado de un metro cúbico de aire y capturar partículas de tamaños que van desde las 25 micras hasta los 2 milímetros. El proceso es de una precisión quirúrgica: tras la captura, las partículas se separan mediante una solución saturada de sal (NaCl) y se analizan con técnicas de micro-FTIR para confirmar su naturaleza plástica con un rigor superior al 65%.

Este avance técnico es fundamental para entender cómo se comportan los microplásticos en regiones áridas como la nuestra. La combinación de la mayor concentración de invernaderos del mundo con una radiación solar intensa facilita que el plástico se fragmente más rápido en Almería. Una vez convertidos en microfibras, los vientos de la provincia actúan como una cinta transportadora que lleva el plástico desde el Poniente hasta el Levante almeriense, alcanzando incluso los espacios naturales.

Patrones de color en Níjar y el Poniente

El estudio también ha arrojado datos específicos sobre la apariencia de estas partículas en suspensión. En las zonas agrícolas y en la capital de Almería, el color predominante de las fibras es el azul, representando el 50% de las muestras. Sin embargo, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, el patrón cambia y son las fibras negras las que aparecen en mayor proporción, representando el 56% del total detectado en ese entorno natural.

Otro hallazgo relevante es la ausencia de poliacrilonitrilo (PAN) en las muestras del Cabo de Gata, mientras que sí estuvo presente en las áreas urbanas y agrícolas analizadas. Este tipo de detalles técnicos refuerza la autoridad del estudio y permite diferenciar entre la contaminación generada por la industria textil urbana y la fragmentación de otros materiales plásticos. Almería se sitúa así a la cabeza del conocimiento científico sobre microplásticos atmosféricos en España.

¿Cómo afectan estos microplásticos a la salud en Almería?

Los niveles de microplásticos detectados en el aire de la provincia de Almería se sitúan, según la evidencia científica disponible, en un rango bajo a moderado dentro de los pocos estudios comparables realizados a nivel internacional. A estas concentraciones no existen datos clínicos que permitan establecer una relación directa con enfermedades respiratorias en población sana. No obstante, los investigadores señalan que estas partículas pueden depositarse en las vías respiratorias superiores y generar respuestas inflamatorias leves, especialmente en personas con patologías respiratorias previas o con una mayor sensibilidad a los contaminantes ambientales.

La principal inquietud científica no se centra en un efecto inmediato, sino en la exposición continuada a largo plazo, ya que los microplásticos no son biodegradables y pueden permanecer en suspensión durante periodos prolongados. Diversos trabajos apuntan además a que estas fibras pueden actuar como vectores de otros contaminantes presentes en la atmósfera, como metales pesados o compuestos orgánicos persistentes. Por este motivo, los expertos subrayan la necesidad de mantener sistemas de vigilancia estables que permitan seguir la evolución de estas concentraciones y disponer, en el futuro, de datos suficientes para evaluar posibles riesgos para la salud y el medio ambiente con base científica sólida.

Hacia una salud ambiental más transparente

El objetivo final de este ambicioso proyecto, que cuenta con financiación del Ministerio de Ciencia (MICINN), es establecer umbrales de exposición fiables para la población almeriense. Hasta ahora existía un vacío de información sobre la magnitud real de lo que respiramos, pero gracias a la Universidad de Almería y a la EEZA-CSIC, la provincia cuenta ahora con datos reales para evaluar posibles riesgos y mejorar la gestión de residuos en el futuro.

La transparencia de estos resultados demuestra el compromiso de la comunidad científica local con la salud pública y el medio ambiente. Investigadores como A. Belmonte y D. Álvarez han participado en este proceso que busca comprender el movimiento y la acumulación de plásticos en regiones áridas. No se trata de crear alarma social, sino de utilizar la ciencia para conocer nuestro entorno con exactitud y protegerlo con medidas basadas en la evidencia empírica.

Almería, referente científico internacional

El liderazgo de Almería en esta investigación no es una casualidad; la provincia es el laboratorio perfecto para estudiar la interacción entre la actividad económica y el ecosistema natural. Este trabajo preliminar es solo el inicio de un monitoreo a largo plazo que permitirá vigilar la calidad del aire de forma constante. La ciencia almeriense demuestra una vez más su capacidad para afrontar retos globales de gran complejidad desde la excelencia investigadora local.

Para concluir, aunque la confirmación de microplásticos en el aire es un reto ambiental global, Almería tiene la suerte de contar con los expertos y la tecnología necesaria para liderar la respuesta científica. El aire que respiramos está bajo vigilancia para garantizar que, con datos en la mano y transparencia informativa, podamos seguir construyendo una provincia más limpia y sostenible para las próximas generaciones de almerienses.

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