Un millar de cazadores participan en las monterías de Los Filabres

La Junta oferta 11 jornadas de octubre a enero para ciervo y jabalí y recechos para macho montés

Reses abatidas en una montería desarrollada en la temporada 2013-2014.
María José Uroz

28 de septiembre 2014 - 01:00

Más de 500 cazadores participarán en las jornadas de caza mayor ofertadas por la Consejería de Medio Ambiente en los cotos de la sierra de Los Filabres esta temporada (2014-2015). Concretamente, según informaron desde la propia Delegación del Gobierno, entre octubre y enero se van a desarrollar cuatro monterías de ciervo, cierva y jabalí, una con 45 puestos en el Rincón de La Venta, en noviembre; y otra con 60 puestos en el Barranco del Agua y en la Rosariera en diciembre, además de una en el paraje El Corbul en enero. En total serán siete monterías de cierva y jabalí, una con 40 puestos en la Hoya del Pedregal en octubre, en Los Garbinos en noviembre y en Las Lomillas en enero. Cincuenta puestos se ofertan para el paraje Los Santos en octubre, La Silveria en noviembre, El Luco en diciembre y El Huertezuelo en enero.

Por otro lado, los recechos y aguardos de ciervo ya se están realizando y concluirán en febrero. En total se han ofertado nueve trofeos, 15 machos selectivos especiales, 17 paquetes de dos hembras y ocho paquetes de jabalí y cierva. Será en noviembre cuando se inicie la actividad de recechos y aguardos para cabra montés, hasta el mes de marzo. La oferta en este caso es de cuatro trofeos, un selectivo especial y diez hembras. Aguardos de jabalí son seis y se iniciarán a principios de octubre.

La caza contribuye al aprovechamiento racional y sostenible del espacio natural, al control de las poblaciones y a una correcta proliferación de las especies de caza, y su gestión se convierte en un motor que permite el mantenimiento de la fauna cinegética e incluso ayuda a la evolución de las especies protegidas. Pero más allá de esta aportación, el delegado subraya asimismo la contribución de la oferta de caza al desarrollo del denominado turismo cinegético, del que se benefician los municipios rurales.

Si bien la caza menor está más ligada a cazadores locales, en las últimas décadas se está registrando un auge de la caza mayor de cabra montés, ciervo y jabalí, que está consiguiendo atraer cada vez a más cazadores españoles y extranjeros, en busca de los trofeos de calidad.

Aunque no es fácil cifrar la aportación de la actividad cinegética a la economía del medio rural, para hacerse una idea, el delegado de la Junta recuerda que "un buen trofeo de cabra montés puede valer 6.000 euros, uno de ciervo 3.000, y que un grupo de amigos cazadores puede pagar hasta 5.000 euros por el disfrute del periodo de reclamo de perdiz en un coto atractivo. Y lo más importante es el gasto indirecto que trae consigo la caza, en sectores como la hostelería, la restauración, guardería, armerías, cría de perros o taxidermia".

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