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Otra muerte a tiros en el Poniente de Almería: estalla la presión criminal del narcotráfico

Adra, El Ejido y Berja se convierten en epicentro de una escalada de violencia vinculada al ‘petaqueo’ y al tráfico de drogas

Tiroteo mortal en El Puente del Río de Adra

El vehículo quedó prácticamente calcinado en cuestión de minutos

Un joven muerto a tiros en Adra, un tiroteo mortal a plena luz del día en Berja, un crimen pasional con clanes familiares implicados, y un coche de la Guardia Civil calcinado en una emboscada premeditada. Son algunos de los hechos que, uno tras otro, han convertido al Poniente almeriense en un polvorín alimentado por las mafias del combustible y el narcotráfico.

Este lunes, la mecha ha vuelto a prenderse en Puente del Río, una pedanía de Adra donde un joven de unos 23 años ha muerto por arma de fuego tras una reyerta entre clanes familiares. La víctima, según han confirmado fuentes de la investigación, pertenecía al conocido ‘Clan de los Lateros’, organización desarticulada parcialmente hace un año por abastecer de combustible a narcolanchas que operan en el Mediterráneo.

El tiroteo, que comenzó tras una discusión por problemas de convivencia, terminó con un enfrentamiento entre viejos rivales en plena calle Marte, dejando además a otro hombre herido. La Guardia Civil busca al presunto autor, un varón de entre 50 y 60 años, mientras sus unidades de criminalística y Policía Judicial continúan recabando pruebas.

Meses de sangre y plomo: varios crímenes, un patrón

Aunque las autoridades tratan de desvincular el suceso de este lunes de los recientes tiroteos en Berja y El Ejido, la sucesión de hechos violentos apunta a un mismo telón de fondo: el dominio del territorio por parte de organizaciones criminales vinculadas al tráfico de drogas, combustible e inmigración irregular.

Berja. A plena luz del día, Jonatan G.M., padre de familia y vecino de Ugíjar, fue asesinado a tiros en el aparcamiento de una gasolinera. Su hermano resultó herido en el mismo ataque. Según testigos, dos hombres encapuchados lo remataron en el suelo tras dispararle desde una furgoneta. Ambos detenidos, M.F.C. y C.F.C., están en prisión provisional y se investiga si actuaron en venganza por la muerte de un familiar.

El Ejido. En el barrio de La Loma de la Mezquita, un joven de 30 años mató a tiros a un menor de 17 y luego se suicidó. La policía apunta a un triángulo amoroso con implicaciones entre clanes familiares que ya venían enfrentados. El menor fallecido era familiar de los detenidos por el crimen de Berja, cerrando un posible círculo de ajustes de cuentas.

El fuego directo contra el Estado: un coche patrulla calcinado

No sólo los civiles están en el punto de mira. El 19 de febrero, agentes de la Guardia Civil fueron víctimas de una trampa en La Alquería (Adra). Acudieron a una llamada por un supuesto robo, pero mientras patrullaban a pie, su vehículo fue incendiado con líquido inflamable. Según fuentes policiales, se trató de una acción orquestada por mafias del ‘petaqueo’, como represalia por las incautaciones recientes de combustible y narcolanchas.

El ‘petaqueo’, un negocio de millones con escaso reproche penal

El término ‘petaqueo’ hace referencia a la logística de abastecimiento de combustible a las narcolanchas. Una estructura criminal altamente rentable, donde cada garrafa de gasolina de 25 litros se paga en alta mar a entre 200 y 300 euros, mientras que en tierra apenas cuesta 50.

Los clanes compran combustible en cantidades que evitan el control fiscal, lo almacenan en naves, y lo trasladan a escondidas por caminos rurales hasta embarcaderos clandestinos. De ahí, salen gasolineras flotantes hacia las planeadoras del hachís y las redes de inmigración irregular.

Organizaciones como los Lateros o las desarticuladas en la ‘Operación Caramel’ han sido golpeadas duramente por las fuerzas de seguridad. Sin embargo, nuevos actores han tomado el relevo, en muchos casos con mayor violencia y menos escrúpulos. Los viejos líderes, como reconocía un portavoz de los Lateros a este periódico, se desmarcan ya de estos nuevos “soldados” del crimen.

Reclaman más medios y cambios legislativos

La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) y los sindicatos policiales llevan tiempo denunciando la situación. “Las mafias van a más y se sienten impunes”, advierte el portavoz de AUGC en Almería, Víctor Vega, que reclama más agentes, más medios y una reforma legal que considere delito el petaqueo, no sólo una infracción administrativa.

La provincia de Almería se incorporó en 2022 al Plan Especial del Campo de Gibraltar, pero según los agentes en primera línea, la presión ha hecho que la actividad de las mafias se desplace hacia el sureste, especialmente al Poniente almeriense, donde el mar de plástico y su litoral ofrecen el escenario perfecto para la logística del contrabando.

Poniente almeriense: territorio bajo tensión

Desde Guainos Bajos hasta Guardias Viejas, pasando por Puente del Río, Balanegra, La Alquería, El Ejido o Berja, el Poniente se ha convertido en un tablero de guerra no declarada, donde clanes familiares, redes de narcotráfico y petaqueros compiten por el control de rutas, embarcaderos y voluntades.

Mientras los crímenes se acumulan y los agentes son atacados, la ciudadanía asiste entre el miedo, el silencio y la resignación a un repunte criminal que no parece tener fin.

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