Más de 50 mujeres ejercen cada día la prostitución en las calles de la capital
La mayoría de ellas son extranjeras, de países como Rumanía y Rusia · Pueden llegar a ganar hasta 9.000 euros en un solo mes sin tener que dar cuenta a Hacienda de sus ingresos · Su jornada laboral comienza a plena luz del día
Más de medio centenar de mujeres, en su mayoría de origen extranjero, ejercen la prostitución callejera a diario en tres puntos de la capital. La carretera Sierra de Alhamilla, Bayyana y Pescadería constituyen en la actualidad un enclave de encuentro entre las que venden su cuerpo por dinero y los que pagan por sus servicios. El sexo previo pago se ha convertido en una de las actividades que más dinero mueve en la capital a pesar de no estar regulado en ninguna normativa.
Precisamente es una de las profesiones más accesibles y fáciles a la que se acogen las extranjeras cuando llegan a España, tanto si tienen documentación como si no. Las cifras hablan por sí solas. Y es que la gran mayoría de las prostitutas que venden sus servicios en la calle, en la capital, son de nacionalidad rumana y rusa.
Hacerse con un fajo de dinero rápido atrae demasiado. Según manifestaron a este periódico varias prostitutas que se ofrecían a los clientes en la carretera Sierra de Alhamilla el pasado fin de semana, "podemos llegar a beneficiarnos en tan sólo un día hasta 300 euros. Y si las cuentas las hacemos para un mes, la nómina sale por unos 9.000 euros". Otra de las cuestiones que confirmaron es que "en la calle se gana más dinero que en un club de alterne" porque no comparten el sueldo con nadie y no están sujetas a un horario de entrada y salida. Cada una elige cuando comienza y cuando termina su jornada.
No obstante, a las siete de la tarde ya hay algunas que se dejan ver en los alrededores de comercios como Mercadona, Urende y Newlar, en Sierra de Alhamilla. En Bayyana también escogen sitio a plena luz del día. Se ponen en el arcén y allí pueden esperar horas y horas hasta que les entra el primer servicio. "No es algo fácil, pero estamos concienciadas de que tenemos que estar allí y punto", resaltó una joven de nacionalidad rusa que cada día acude a la carretera para ganarse la vida.
Algunas son selectivas y no acceden a irse con cualquiera. Son conscientes del riesgo que corren, sobre todo las que se lucen en zonas de mucho tráfico. Según indicó una de ellas a este periódico, "en alguna ocasión hemos tenido que apartarnos de la carretera rápido para no ser atropelladas, pero por aquí pasan muchos hombres y es uno de los mejores sitios para ganar dinero".
Precisamente, hasta los propios conductores han confirmado que al verlas nada más dar la curva en Bayyana, alguna vez han frenado brusco y al quedarse mirándolas han podido provocar un accidente de tráfico grave. De hecho este episodio ya ha sucedido en varias ocasiones, según datos de atestados aportados por la policía a este periódico.
Sin embargo, no sólo corren riesgo en este sentido, sino que están expuestas a amenazas, agresiones, embarazos no deseados e incluso violaciones. A pesar de que casi todas utilizan preservativos, "los menos concienciados de su uso son los clientes. Hay algunos que se niegan y no consienten hacerlo con protección", apuntó N. D. Por su parte, uno de los empleados de la gasolinera BP de la carretera Sierra de Alhamilla, Antonio de La Casa, aseguró que las prostitutas son los mejores clientes que tiene. "Vienen todos los días y me compran los preservativos, los pañuelos de papel e incluso la comida y la bebida", señaló al mismo tiempo que confesó no tener ningún problema con su presencia en los alrededores del surtidor de gasolina. "Lo único que me molesta un poco es que lo dejan todo muy sucio y que se meten donde pillan para hacer sexo. Un día me encontré a una de ellas con un hombre dentro de la máquina de lavar los coches", dijo Antonio de La Casa.
"Los taxistas estamos todo el día en la calle y vemos incluso más cosas que la policía. No hay día que no vea a algún niñato joven pararse al lado de las prostitutas y burlarse de ellas e incluso intimidarlas", apuntó un taxista de Almería que además aseguró que en más de una ocasión las ha llevado y traído en su vehículo y ya han sido varias las que le han confesado que "ejercen esa profesión para mantener a su familia".
Gran parte de ellas asegura que lo hace para sacar adelante a sus hijos. Es el caso de una chica de nacionalidad rumana que quiere mantener oculta su identidad porque su familia no sabe a lo que se dedica. "Mi madre, mis hermanos y mis hijos creen que trabajo en un bar. Cuando salgo de noche creen que voy a poner copas. No se lo he dicho porque quiero acabar pronto con esta vida tan difícil que llevo".
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