Las playas imponen respeto con 4 muertes en mes y medio
El agua se cobró una quinta víctima, un niño de 8 años ahogado en una balsa de riego Apuntan al viento como el principal causante de la mayoría de los fallecimientos
Lo más seguro es que cualquier ciudadano, almeriense o no, al ser cuestionado sobre qué playa es la más bonita de la provincia no tendría demasiadas dudas. Las calas del parque natural de Cabo de Gata-Níjar se llevan la palma. Estar sumergido en tal ambiente es lo más cercano a encerrarte en una burbuja. Te ofrecen un gran paisaje natural único a la par que el descanso buscado en esta época. Pero no solo son reconocidas por sus visitantes. La playa de Mónsul fue condecorada con bandera azul en 2012, un reconocimiento que te coloca entre las mejores costas nacionales, por los usuarios de la comunidad de reseñas online Qype. Su arena, su agua cristalina y su entorno tienen un atractivo que pocos emplazamientos pueden brindar. Una cala virgen y paradisíaca que incluso fue elegida en el pasado por algunos directores de cine, célebres e internacionales, como lugar para escenas cinematográficas por su peculiar e irrepetible belleza. Así lo decidieron, entre otros, Spilberg en su película "En busca del arca perdida", Terry Gilliam en "Las aventuras del barón Munchhausen" o David Lean en "Lawrence de Arabia". Aunque es la más galardonada, poco tienen que envidiarle calas como la de Los Toros o la de El Plomo. Bien merecen la pena esos kilómetros por caminos tortuosos y más propios de animales con tal de poder disfrutar de un panorama que está más cerca de parecer soñado a ser la pura realidad. Argumentos como estos hacen que para Almería sea un verdadero lujo tener en su territorio tales 'monumentos'.
Sin embargo, este verano estas calas se han vuelto más peligrosas que nunca. Si será recordado en algo será por infausto en las playas de la provincia. Ya son cinco las vidas que se ha cobrado el agua en lo que va de período estival, por cuatro del verano anterior. Cuatro personas fallecieron en el mes de julio, por una que lo hizo en agosto. Ya son cinco los escenarios que han desembocado en el peor de los finales. La fuerte marejada emerge como la causa definitiva de estos decesos por ahogamiento. En muchas ocasiones las personas toman riesgos creyendo que no lo son y cuando vienen a darse cuenta la muerte ya se ha apoderado de ellos.
El mes más trágico, hasta el momento, fue el pasado julio. El día que reunió mayor desgracia y fatalidad fue el cuatro del mismo. Dos vidas se perdieron en tan solo veinticuatro horas. Un vecino de la capital de 40 años quedó ahogado en la cala de Los Toros. En la misma fecha, una mujer de 59 años no pudo salvar su vida a pesar de ser trasladada al Hospital de Torrecárdenas. Ésta fue rescatada cuando estaba a punto de ahogarse en la cala del Plomo. Un día más tarde, el mar volvió a cobrarse un nuevo fallecido. Un varón de 86 años murió cuando se bañaba en la playa de San Juan de los Terreros después de sufrir una afección cardíaca. Ya en el mes de agosto, este hecho infortunado no cesó en su aparición. El dos de agosto un niño de ocho años perdió la vida en una balsa en la localidad de San Isidro, perteneciente a Níjar. Aunque no ocurrió en una playa, el agua volvió a ser el protagonista de un desgraciado suceso. Todas las fuentes apuntaron a que el menor no dominaba las artes del nado. El último fallecimiento tuvo lugar hace apenas una semana. Un jienense de 50 años no pudo salir del agua tras rescatar a dos niños que tuvieron que ser auxiliados ya que no podían salir del mar por la fuerte marejada provocada por el viento de Poniente. Este 'héroe' tuvo su última hazaña en la playa de Mónsul.
Protección Civil tiene claros los motivos por los que el mar se ha cobrado la vida de cuatro personas en lo que va de período estival. El mal tiempo, la falta de vigilancia y el viento de Levante son los principales culpables de estas tragedias. Las corrientes marinas dificultan enormemente la salida a los bañistas que tras nadar y nadar se cansan y mueren agotados por el titánico esfuerzo. Este colectivo y la alcaldesa de Níjar, Esperanza Pérez, confirmaron a Diario de Almería que a partir de este mismo jueves se instaurarán varias medidas de ayuda para el ciudadano. Se pondrán banderas, amarilla y roja (prohibido bañarse) dependiendo del estado del agua, y varios mástiles con carteles de información en playas no urbanas con mucha afluencia (Genoveses, Mónsul, El Plomo y el Playazo). Pérez tiene claras las recomendaciones para los usuarios: "Cuando hay marejada por las corrientes no deben meterse. Deben tener en cuenta el estado de la mar".
Muchos bañistas echan de menos vigilancia en alguna de las calas. Aitor Achaerandio, usuario este año por primera vez de la playa de Mónsul sí que reclama socorristas: "En esta sí porque suele haber mucha gente en verano. En calas más chicas no". Este vitoriano junto a su padre, César, son cautos con el estado de la mar y con las principales situaciones que pueden ponerlos en riesgo. "No utilizamos colchonetas, son peligrosísimas. Si hace viento, mucho más", manifestó César Achaerandio. Padre e hijo son buceadores noveles, aunque en la mañana de ayer no pudieron tener su ración diaria. "Ante cualquier peligro te ves en riesgo. Hoy no es día para ello", confirmaron ambos. En El Plomo, la disposición de la mar es peor que en Mónsul. Incluso luce en lo alto una bandera amarilla que avisa a los usuarios. Sandra Jaén, madre de dos niños, está ojo avizor con ellos: "Solo los dejo entrar a un metro y pese a ello estoy en constante observación. Su padre está en el límite para que no pasen de las boyas". En la cala de Los Toros, la situación tampoco es la idónea. El agua está, más o menos, tranquila aunque hay abundantes medusas. Antonio Avilés y Sofía Calero se sienten sorprendidos al escuchar el número de fallecidos en las playas. "¡No se cómo se pueden ahogar! El agua te lleva, pero si está movida no debes perder el pie", confesó él. "No veo el peligro en las playas si vas con cuidado. Si veo el agua movida no me meto", reconoció su compañera.
Es difícil imaginar una posible situación de ahogamiento en un lugar tan paradisíaco como lo son las calas. Un escenario que debe crearse en la mente humana ante la aparición de las fuertes corrientes marinas y las abundantes piedras que poseen playas lugares como Los Toros. Ahora con más vigilancia, los fallecidos deben quedar en cinco. La consigna es sencilla: respetar a unas playas que ya han hecho méritos suficientes para ello durante este mes y medio.
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