"Sale muy barato agredir a la Guardia Civil": condenada por patear desnuda a dos agentes en Roquetas
La AUGC denuncia la falta de medios y personal: “El Poniente se está poniendo muy crudo”
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Lo que comenzó como un altercado en la puerta de un restaurante acabó con dos guardias civiles heridos, una detenida desnuda y una condena judicial que ha reavivado el malestar en el cuerpo. La juez del Juzgado de Instrucción número 1 de Roquetas de Mar ha dictado sentencia firme contra K. W., una mujer de nacionalidad polaca y sin antecedentes penales, por un delito de atentado a agente de la autoridad y dos delitos leves de lesiones.
Los hechos ocurrieron el 9 de noviembre, sobre las 22:10 horas, en la puerta del restaurante Don Quijote de Roquetas. La mujer, “gritando y realizando aspavientos”, se enfrentó a una patrulla de la Guardia Civil que trataba de tranquilizarla. Lejos de calmarse, insultó a los agentes y les lanzó patadas, alcanzando a uno de ellos. Ya dentro del vehículo oficial, continuó dando tres patadas en el costado derecho a otro guardia.
Las lesiones fueron leves —hematomas y contusiones que sanaron en tres días—, pero suficientes para que la magistrada impusiera una pena de cuatro meses de prisión, inhabilitación especial para el sufragio pasivo y dos multas de veinte días a razón de cuatro euros diarios. Además, K. W. deberá indemnizar con 50 euros a un agente y con 150 a otro. La pena de cárcel ha quedado suspendida durante dos años, condicionada a no delinquir ni incumplir el pago.
El caso habría pasado desapercibido si no fuera por la reacción de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que considera el fallo una muestra más de la “escasa protección jurídica y material” de los agentes. Su secretario general en Almería, Víctor Vega Romero, lo resumió sin rodeos: “Sale muy barato agredir a las fuerzas y cuerpos de seguridad”.
Vega explicó que los agentes no contaban con un vehículo dotado de mampara, lo que hizo más peligroso el traslado. Según relató, la detenida “estaba fuera de sí por la posible toma de sustancias y además desnuda”, una situación que complica enormemente la reducción en plena vía pública, “porque todo se graba y cualquier gesto puede malinterpretarse”.
Para el responsable sindical, el episodio evidencia una carencia crónica: “Hace falta más medios, hace falta más personal”. Y advierte que el Poniente almeriense “se está poniendo muy crudo”, con un incremento “exponencial” de agresiones a los guardias civiles.
También reclamó que se reconozca de una vez la profesión de riesgo al instituto armado y denunció que el puesto de Vícar debe cubrir constantemente las carencias de Roquetas, lo que “desviste un santo para vestir otro” y provoca el desgaste prematuro de los vehículos oficiales.
Una sentencia menor en cifras, pero que vuelve a poner sobre la mesa una queja mayor: la de unos agentes que patrullan cada día en una de las zonas más complicadas de Almería, sin los medios ni el respaldo que dicen necesitar.
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