De sumar siete puntos en las tres primeras jornadas y hacerse con el liderato del Grupo IV B de Segunda B, pese a ser un recién ascendido a la categoría de bronce, el Club Deportivo El Ejido ha pasado a lograr solamente uno de los últimos doce que se ha disputado, lo que le ha llevado a entrar en las posiciones de Fase de Descenso a Tercera División. Después de un prometedor inicio, donde el conjunto celeste veía como se cumplían sus planes de hacerse un hueco entre el grupo de aspirantes a luchar por el ascenso, el plantel del Poniente almeriense está sufriendo un bache que alargaron tras caer derrotados el pasado domingo en casa frente al Linares Deportivo (0-2), acumulando ya más de un mes sin probar las mieles de la victoria.
El tropiezo en Santo Domingo ha dejado a los de Tito García Sanjuán tocados, porque era un partido muy importante de cara a recuperar las mejores sensaciones, de dar un golpe sobre la mesa ante uno de los gallitos y, sobre todo, para ganar confianza de cara a los últimos duelos de este 2020: Córdoba (Liga) y Deportivo de La Coruña (Copa del Rey). Finalmente no salieron los planes a un conjunto almeriense que aunque ha dado un bajón clasificatorio, para nada está hundido. Su técnico dejó claro que confía totalmente en la recuperación del equipo y en que los triunfos llegarán.
Plena confianza tiene también un vestuario que no se esconde, que no agacha la cabeza y que afronta esta situación adversa “con motivación y no con temor”, como bien indicaba en en Twitter Pablo Hernández, miembro del cuerpo técnico celeste que destaca que solamente hay un camino posible: “Remar, remar y remar”. En la misma red social el guardameta Godino recordaba que “hace un año llegué a un club desolado en el que la afición tenía un sueño y con cariño y apoyo, entre todos, lo hicimos realidad”, por lo que pide a los seguidores “que creáis y os mando el mismo cariño. Entre todos saldremos de esto y volveremos a disfrutar”.
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