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Lonas, pelotas y entradas: pequeñas batallas antes de la final

  • Aunque no se empiece a jugar hasta el viernes, en cierta forma la final de la Copa Davis entre España y Argentina ya se está disputando.

Fue un día de pequeñas batallas, de tensiones para los dirigentes, de espiar al rival para los capitanes, de continuar adaptándose a una pelota extraña para los jugadores. Aunque no se empiece a jugar hasta el viernes, en cierta forma la final de la Copa Davis entre España y Argentina ya se está disputando.

"Parecería que no es buena para Nadal", dijo hoy a dpa el subcapitán argentino, Ricardo Rivera, al analizar la "Head ATP", una pelota "lenta, o más bien dura, (que) se siente dura en la raqueta y agarra poco los efectos".

Eso no sería bueno para Nadal, famoso por el exagerado efecto top-spín que le da a sus tiros, lo que le permite perturbar al rival con pelotas que se elevan incluso a la altura de la cabeza. Pero el dato decisivo para analizar la final es que el número dos del mundo lleva 18 triunfos consecutivos en la Davis y jamás perdió en arcilla en esa competición.

Aunque lo de Sevilla es extraño. Una final bajo techo que no lo es tanto, una cancha de arcilla que es diferente a las demás.

Al estar ubicado en un extremo de un estadio de fútbol, el de La Cartuja, el estadio es, en realidad, una instalación al aire libre. Hay un techo, pero no hay paredes. La cancha es dura, el polvo está suelto y afirmarse no es sencillo. A eso se añade el frío: el sol se despide temprano a esta altura del año en la húmeda Sevilla, por lo que la final promete menos calor que el que acostumbran experimentar los jugadores y abrigo de sobra para los espectadores.

¿Cuántos espectadores? Buena pregunta. La final podría marcar un récord de público, pero ni la Federación Española (RFET), ni la internacional (ITF) aciertan a confirmarlo.

"Un récord podría darse, pero las cifras son aún inciertas", dijeron hoy a dpa fuentes de la organización y de la ITF.

El récord de espectadores está fijado en los 27.200 de la final de Sevilla 2004 entre España y Estados Unidos. Para la actual se difundió una cifra oficial de 22.140 espectadores, pero la RFET puso a la venta hoy 6.000 abonos extra con "visibilidad reducida".

Si se sumaran los 22.140 espectadores difundidos en forma oficial a las 6.000 localidades que se están vendiendo a último momento, la cifra superaría las 28.000 localidades.

Pero para que ello se dé hay que confirmar que 22.140 es una cifra real, cosa que la RFET ponía hoy en duda a partir de nuevas necesidades de asientos en las gradas para el operativo de televisación de la final. Habría, además, que agotar las 6.000 localidades puestas a la venta.

Incógnitas abiertas que no parecen ser tantas en el equipo argentino, claramente inclinado a preservar a David Nalbandian para que el sábado juegue el dobles junto a Eduardo Schwank. El individual del viernes ante Nadal será asumido por Juan Mónaco, al que en el equipo ven "motivado como nunca antes".

Algunas cosas parecen haber cambiado en Argentina respecto de 2008. Nunca serán amigos, pero Nalbandian y Juan Martín del Potro, que no se hablaban en aquella final de Mar del Plata perdida ante España, mantienen una relación "profesional", "civilizada" e incluso "debaten sobre tenis", aseguraron a dpa fuentes del equipo argentino.

El día de entrenamiento en doble turno para ambos equipos sirvió para que Nadal y David Ferrer se midieran con una intensidad que asombró a varios argentinos, mientras las lonas verdes se iban apoderando del estadio, en un esfuerzo de último momento de la organización por evitar las filtraciones del sol que harían muy difícil ver la pelota en determinadas horas de la tarde.

Lejos de la cancha, dirigentes españoles y argentinos mantuvieron tensas reuniones, porque los visitantes se quejan de haber sido perjudicados en el reparto de ubicaciones. Según los argentinos, fueron desplazados 14 filas más arriba de lo acordado, y las entradas originales fueron adjudicadas a españoles.

Se calcula que habrá entre 1.600 y 2.000 argentinos en el estadio. Nadal, durante una entrevista con dpa, dijo que los espectadores españoles tienen "una tarea especialmente importante", la de impedir que los argentinos impongan sus cánticos y su pasión pese a estar en franca minoría.

Pero Rivera, el subcapitán argentino, cree que esa batalla ya está ganada: "Los 2.000 argentinos van a parecer 12.000. Creo que tenemos la mejor hinchada del mundo, lo de los argentinos va a ser infernal".

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