El Almería y el Real Madrid han llegado a un principio de acuerdo por Sergio Arribas si bien aún restan algunos flecos por cerrar entre las tres partes. La intención de la entidad rojiblanca es acelerar la llegada de fichajes estos días (este fin de semana Lopy se unía a Édgar en las entradas) y la del Real Madrid, dejar cuanto antes cerrado la operación por el mediapunta madrileño, que ve con mejores ojos recalar en el Almería antes que en el Mallorca, el otro equipo que tomó la delantera por el que es una de las principales jóvenes promesas nacionales.

Si bien hace semanas a Arribas le atraía más desembarcarse en un equipo con más nombre (el Sevilla también preguntó por él), su entorno le ha aconsejado firmar por un equipo en el que pueda tener más minutos, viendo con buenos ojos la opción almeriense, máxime al convertirse en ese trampolín que facilita la salida a quienes destacan. Con una cláusula de rescisión de 50 millones de euros y tasado en un primer momento en 20, el Real Madrid accedió a bajar a unos 16, por lo que en caso de resolver esos flecos, la operación finalmente se cerrará en ocho kilos al adquirir el Almería un 50% de sus derechos, quedándose el Real Madrid la otra mitad, además del típico derecho de tanteo.

El fichaje está tan cerca que incluso The Athletic lo da ya por hecho, asegurando que el futbolista firmará hasta 2028. El jugador, que debutó a sus 18 primaveras, en Primera División a las órdenes de Zidane en septiembre de 2020 (0-0 en Anoeta), espera aprovechar el desembarco definitivo en la máxima categoría, cumpliendo las altas expectativas puestas en él.

Arribas, que a finales de septiembre cumplirá 22 años, tiene contrato con la entidad blanca hasta 2025. Tras llegar a la cantera del Real Madrid con once años procedente del Leganés, Zidane le dio la oportunidad en la temporada 20-21, jugando una decena de partidos (dos de ellos en Liga de Campeones). La pasada campaña Ancelotti volvió a tirar de él, participando en cuatro partidos (anotó un gol en las semifinales del Mundial de clubes ante el Al-Ahly), mientras que con el filial jugó en 37 partidos, haciendo hasta 21 goles en Primera RFEF, cifra más que reseñable para un centrocampista. No en vano, fue, de largo, el máximo goleador del conjunto blanco, superando la quincena de dianas de la temporada anterior, cuando también fue el pichichi de su equipo.