UD ALMERIA | Contracrónica
  • Muchos apuntan a Rubi, particularmente por su incapacidad de sacar resultados a domicilio

  • Otros dirigen sus miradas a la confección de la plantilla de la dirección deportiva

  • Turki Al-Sheikh conserva la paciencia desde Arabia a la espera del derbi ante el Cádiz

La afición del Almería empieza a buscar culpables

Rubi, cada vez más cuestionado por la afición rojiblanca Rubi, cada vez más cuestionado por la afición rojiblanca

Rubi, cada vez más cuestionado por la afición rojiblanca / José Manuel Vidal / EFE (Sevilla)

Escrito por

· Paco Gregorio

Jefe de Deportes

Con el equipo instalado en la penúltima posición de la tabla transcurridas ya 25 jornadas de la competición, la afición de la UD Almería empieza a impacientarse. Cierto es que a estas alturas en las diez campañas precedentes pocos equipos con esa puntuación estaban inmerso en descenso y es el clavo al que sigue aferrándose Rubi en sus comparecencias, pero una buena parte de la grada está perdiendo la confianza en el preparador catalán, que sin embargo mantiene el beneplácito del club.

Los detractores del preparador de Vilassar de Mar le achacan particularmente la pésima racha que describe el equipo a domicilio, donde no ha ganado un solo partido en toda la temporada y los números se limitan a tres tristes igualadas, siendo los peores de la máxima categoría, sin tan siquiera mejorar al colista Elche. Con todo, las sensaciones deportivas permiten que conserve una jornada más el puesto, ya que en el Sánchez Pizjuán el equipo estuvo cerca de puntuar de no ser por mostrarse negado en la definición. 

Cada vez son más las voces que piden un cambio de rumbo en el banquillo, si bien el club quiere dar margen de otra semana para ver si el staff de Rubi es capaz de revertir la situación actual con motivo de otra jornada trascendental, un nuevo derbi andaluz ante el Cádiz, que visita Almería este sábado a las 14:00 horas. Es el tercer bache que afronta el cuerpo técnico, tras superar al inicio de la competición el de cuatro jornadas consecutivas encajando derrotas y más recientemente salir airoso después del 6-2 en Montilivi al imponerse justo después al FC Barcelona inopinadamente. 

La situación, no obstante, está convirtiéndose en tan tensa que se trasluce en imágenes de nerviosismo como la reacción de Largie Ramazani al ser sustituido en el Sánchez Pizjuán y la charla que Rubi se vio obligado a tener con el extremo belga a pie de campo para calmar su enfado. Y eso da combustible a quienes opinan que los auténticos 'culpables' del devenir actual están en la dirección deportiva. 

Robertone junto a Suso en un lance del partido en el Sánchez Pizjuán Robertone junto a Suso en un lance del partido en el Sánchez Pizjuán

Robertone junto a Suso en un lance del partido en el Sánchez Pizjuán / LFP (Sevilla)

Si una parte de la grada apunta a Rubi, la otra lo hace a Mohamed El Assy y Joao Gonçalves, criticando abiertamente ya la escasa aportación de fichajes llegados a un elevado coste y que no están teniendo un rendimiento acorde a la inversión. El CEO egipcio de la entidad es además preso de sus palabras, ya que hizo la envenenada promesa de no descender nunca más a Segunda y conforme avanzan las jornadas se antoja cada vez más complicado cumplirla. 

Los seguidores no acaban de comprender que un recién ascendido apostase con grandes desembolsos por promesas como Lázaro Vinicius, Kaiky Fernandes, Milovanovic o Gui Guedes justo el año del ascenso a la máxima categoría, cuando lo prioritario es conservarla a toda costa y la necesidad de futbolistas experimentados es más acuciante. Por eso le afean a El Assy y Gonçalves que hayan especulado en exceso con la posible revalorización de futbolistas que necesitan una transición que el Almería no puede darles para poder explotar sus condiciones. 

Y aquí aparece la pescadilla que se muerde la cola. ¿Tiene más responsabilidad la dirección deportiva por firmarlos o el entrenador por no darle los minutos necesarios para que puedan demostrar su valía? El debate también está servido entre los seguidores indálicos, que por el momento salvan de la quema a Turki Al-Sheikh, quien con una calma inusitada -está menos activo de lo habitual en redes sociales- espera desde Arabia Saudí a tomar una decisión al respecto.

En ese sentido el duelo del sábado ante el Cádiz cobra una dimensión especial ya que en caso de que hubiera un resultado no deseado justo a la jornada siguiente hay parón competitivo por compromisos internacionales a falta de doce jornadas para el final de la competición, un escenario propicio para dar un golpe de timón en el hipotético caso de que el equipo no respondiera ante el cuadro gaditano. 

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