Para no echar ni gota (1-1)

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El Almería deja escapar otra victoria al marcar Concha cuando el descuento ya estaba rebasado Zongo perdonaba antes el 2-0

Casto repele la falta de Dani Aquino que a la postre significaría el 1-1 de Concha.

29 de noviembre 2015 - 05:02

El Almería vive cada fin de semana su particular día de la marmota, ese en el que todas las cosas reproducen el mismo patrón que el anterior. Y no es por los vanos intentos de Joan Carrillo para ponerle solución a un escenario que ya amenaza con convertirse en algo crónico tras acumular una docena de jornadas sin conocer la victoria.

Da la sensación de que nada de lo que se intente va a derivar en el ansiado triunfo y cuanto más tarda en llegar, más se incrementa el nerviosismo en un grupo que se ha acostumbrado a transitar las posiciones de descenso.

Y lo cierto es que ayer se hicieron ajustes en el once para buscar mayor mordiente, sobre todo con la introducción de Iago Díaz en el carril diestro para fortalecer la vertiente ofensiva de esa banda junto con Zongo. En la media se apostó por un trivote con piezas distintas al entrar Fran Vélez por Fatau para dotarlo de mayor equilibrio y Montoro por Soriano en busca de mayor llegada.

Como ante la Ponferradina, un gol tempranero en propia puerta de Óscar Díaz iba a permitir afrontar el choque sin urgencias, pero igual que entonces en el último tramo del encuentro el equipo dio un peligroso paso atrás en lugar de haber aprovechado durante el grueso del mismo las acciones de contragolpe.

La única clara, que bien pudo sentenciar la contienda, llegó en el minuto 83 conducida por Chuli, pero el buen centro del delantero onubense fue incomprensiblemente desperdiciado por Jonathan Zongo, cuyo defectuoso remate en posición franca ni siquiera cogió portería.

El Almería jugó con una pizca más de ambición ofensiva, pero su fútbol sigue adoleciendo de falta de elaboración, de un jugador que mueva al equipo desde el centro del campo y haga a todos girar en torno a él. A falta de esa piedra angular, todo se hace por arreones, pero sin un esquema perfilado.

Siendo la primera mitad de dominio local, lo cierto es que el Numancia pudo irse al descanso ya con el empate de no ser porque Cuéllar sacó bajo palos un disparo de Pablo Valcarce.

La segunda mitad, coincidiendo con la entrada al campo de Dani Aquino y Álex Alegría, fue para el conjunto soriano, que hizo méritos suficientes para lograr la igualada mientras en el Almería empezaba a cundir el temor a un nuevo traspiés.

Llegó el minuto 90 y el árbitro añadió cuatro más. Justo cuando se iba a cumplir el 94 Morcillo derribó a un contrario al borde del área y el colegiado dejó seguir la acción hasta que murió sin peligro para señalar justo después libre directo en su particular interpretación de la ley de la ventaja.

Dani Aquino lanzó la falta y Casto despejó con apuros para que el rechace le cayera a los pies a Concha, quien sin oposición alguna, empujó el 1-1 para desesperación del banquillo, del palco y de todo el estadio.

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