Ciclismo

Los pupilos urcitanos de Bahamontes

Bahamontes, en el centro, con sus ciclistas entre los que se encuentran los hermanos Sánchez Muñoz.

Bahamontes, en el centro, con sus ciclistas entre los que se encuentran los hermanos Sánchez Muñoz.

Pechina esconde en su prolífico legado el nombre de personajes muy importantes para la provincia en todos los ámbitos: histórico, cultural, social, deportivo... El urcitano del deporte más recordado es Juanjo Salvador, que tantísimos éxitos ha logrado gracias al voleibol. Sin embargo, años antes de que el central levantara títulos con la camiseta de Unicaja Almería, dos pechineros emigrantes a Cataluña iban a competir en el equipo de una de las figuras más importantes del ciclismo: Federico Martín Bahamontes.

Manuel y Francisco Sánchez Muñoz marcharon con sus padres hacia Cataluña, a la búsqueda de oportunidades en los difíciles años de la dictadura. Allí comenzaron a despuntar en su gran pasión, la bicicleta. A pesar de las muchas horas que tenían que pasar estudiando y trabajando, los hermanos urcitanos rodaban y rodaban con un estilo que no iba a pasar desapercibido para los técnicos de la época. En concreto, el histórico equipo La Casera-Peña Bahamontes se fijó en ellos y decidió darles una oportunidad para tratar de explotar su talento. Eran finales de los sesenta y principios de los setenta, décadas a caballo entre los grandes éxitos de Luis Ocaña y Federico Martín Bahamontes, y los más actuales Perico Delgado y Miguel Indurain. Aún así, Manolo y Paco compitieron en un pelotón férreo, con españoles también con gran cadencia en su pedaladas: los hermanos Torres, Jesús Manzaneque, Luis Balaguer, Miguel Espinós, José Moreno, Salvador Canet...

Manuel, en un podium, acompañado a su izquierda por Federico Martín Bahamontes. Manuel, en un podium, acompañado a su izquierda por Federico Martín Bahamontes.

Manuel, en un podium, acompañado a su izquierda por Federico Martín Bahamontes.

Los consejos del Águila de Toledo se hacían notar en Manolo y Paco, la técnica de carrera mejoraba y los primeros éxitos iban a llegar en carreras menores como la Vuelta a Toledo, el Tour del Porvenir, el Premio Internacional de Barcelona... “Todo ello, siempre muy orgullosos de su tierra, Pechina”, indica Paco Álvarez, Migueliche, su primo y su aficionado número 1.

Paco en plena carrera, con el maillot del equipo La Casera-Peña Bahamontes. Paco en plena carrera, con el maillot del equipo La Casera-Peña Bahamontes.

Paco en plena carrera, con el maillot del equipo La Casera-Peña Bahamontes.

La carrera de ambos acabó, pero el haber sido entrenado por Bahamontes es algo que nunca olvidarán los dos pechineros. Y Pechina debería saber que aunque figuraban inscritos en la Federación Catalana, siempre que se subían a un podium, lo hacían dedicándoselo a su pueblo natal.

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