Abelardo Campra: “Un premio a la innovación que le quiero dedicar a mi padre”

AGRICULTURA

Premiado en el Certamen Nacional de Jóvenes Emprendedores por iniciar el cultivo de microalgas para el consumo humano

Un proyecto de producción de espirulina en Gádor, Premio Emilio Botín

Abelardo Campra, gadorense emprendedor en el cultivo de espirulina. / D.A
Macarena González

15 de diciembre 2023 - 22:17

Abelardo Campra Fernández, “el hijo del Campra” como lo conocen mayormente en su pueblo, es un joven emprendedor que se dedica al cultivo de espirulina en el municipio de Gádor.

Hace apenas unas semanas ha sido premiado en el Certamen Nacional de Jóvenes Emprendedores, un reconocimiento que ha querido dedicar a su padre fallecido recientemente “Le dedico este nuevo premio con mucho amor a mi padre, que sé que estará orgulloso y me cuida allá donde esté”.

Este premio tiene como objetivo apoyar a jóvenes que lideran proyectos y empresas innovadoras en su sector, como es el caso de Abelardo con su empresa Green Gádor, la única empresa andaluza dedicada al cultivo de espirulina para el consumo humano.

La espirulina es una microalga que tiene múltiples usos en agricultura, ganadería, cosmética En Alma se encarga de cultivar en su propia planta este producto, donde la deshidratan y la transforman para después comercializarla ellos mismos bajo la marca Alma Espirulina Premium.

–Explica en qué consiste el proceso de cultivo y extracción de la espirulina. ¿En qué formatos se comercializa para consumo humano?¿Cómo las distribuís?

–La espirulina está viva dentro de unas pequeñas balsas llamadas reactores, de ahí las sacamos para quitarles el agua y dejar la biomasa hecha lodo, y ese lodo es el que se deshidrata y prepara para consumo humano. En hebra es tal como resulta de la deshidratación, la trituramos para hacer polvo y la compactamos en cápsula para aquellas personas más reacias a su peculiar sabor. La vendemos principalmente a través de nuestra página web aunque la tenemos disponible en otra tiendas online así como en herbolarios y farmacias.

–¿Qué beneficios tiene a nivel nutricional?

–La OMS la ha considerado un superalimento, es decir, cubre todas las necesidades nutricionales del día a día, pero además la espirulina lo hace de forma natural. Cuando tienes falta de alguna vitamina, por lo general vas al herbolario o farmacia y allí adquieres suplementos que aunque se venden como naturales están fabricados en un laboratorio por lo que contienen una serie de añadidos que no lo hacen 100% natural. Además destaca por ser el alimento vegetal que mayor porcentaje de proteína tiene, hasta un 70% de su contenido.

–Llevas poco tiempo desarrollando la empresa, pero ¿cómo surge este innovador proyecto?

–Nace entre mi amigo Luis y yo, fuimos al colegio juntos, y siempre hemos tenido un cierto interés por el mundo del emprendimiento, los negocios, y sobre todo también por la agricultura. La familia de Luis se dedica a la agricultura. Nosotros queríamos ir un paso más allá porque en la provincia la agricultura está ya muy asentada y es el sector más grande, pero aquí nadie había trabajado todavía con microalgas. Esto comenzó como una idea, presentamos el proyecto a varios premios y conseguimos bastantes subvenciones que nos han permitido seguir llevando a cabo la actividad.

–Hablando de premios, acabas de ganar el Certamen Nacional de Jóvenes Emprendedores, dotado con un premio de 20.000 euros. ¿Qué supone esto para tí? ¿En qué tienes pensado invertir?

–Vamos a invertir principalmente en ampliar nuestra capacidad de producción, en seguir creciendo y desarrollándonos como empresa. Pero lo más importante sin duda es que supone un gran prestigio y reconocimiento a nivel nacional, es un premio muy importante que quiero dedicar a mi padre, porque estoy seguro que allá donde esté está muy orgulloso de mí.

–Cuéntame el secreto, ¿Qué hace de vuestra espirulina un producto diferente?

–En Almería y en Andalucía somos los únicos que nos dedicamos a esto para el consumo humano. Con respecto a nivel nacional tenemos dos tipos de competidores: quienes producen espirulina local pero no tienen una buena estrategia comercial, y por otro lado aquellos que importan espirulina de Asia. Frente a los primeros, hemos impulsado una página web con información detallada así como un diseño y packaging que hace atractiva la marca. En cuanto a los productos asiáticos, tienen unas condiciones de calidad y trazabilidad pésimas. En la mayoría de ocasiones contienen metales pesados y son cultivadas en aguas residuales, y además hacen un secado rápido a alta temperatura que quema todas las propiedades. Si hueles la nuestra te recordará a un fruto seco, mientras que la exportada tiene un olor semejante a la comida de tortuga.

–Teniendo en cuenta que Almería es el territorio líder en agricultura, ¿No pensáis ampliar el mercado a otros sectores como este?

–Estamos estudiándolo, pero ahora mismo somos una empresa muy pequeña, que aunque tenemos capital gracias a los premios que hemos ganado, estamos prácticamente empezando. Queremos de momento dar nuestros primeros pasos centrados en el consumo humano de manera que una vez estemos asentados y consolidados como marca empezaremos a abrir otras líneas de mercado. Contemplamos la agricultura y también la cosmética.

–¿Quiénes son las personas que más consumen el producto final?

–Hay muy pocas personas que consumen proteína 100% vegetal, por lo que viene muy bien para aquellas personas vegetarianas o veganas. Muchos dietistas la incluyen en la planificación alimentaria de personas con anemia ya que tiene mucha vitamina K y casi todas las del grupo B que son muy importantes y aportan muchos beneficios al organismo.

–Es un producto 100% natural, pero ¿es también sostenible en su cultivo?

–Una de las cosas que hace sostenible este tipo de producto es que en el 90 % del proceso recirculamos el agua. En torno al 95 o 99 % del agua que extraemos de las piscinas para conseguir el lodo, se vuelve a utilizar para otro cultivo. De esta manera hacemos un escaso gasto de agua del 4%. De hecho, hay un estudio de Harvard que dice que para obtener un kilo de proteína de carne de ternera se necesitan 200 veces más de agua que para obtener un kilo de espirulina. Y eso que la espirulina vive en agua - ríe.

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