Una de las máximas de la Comunidad de Usuarios de Aguas de la Comarca de Níjar (CUCN) son sus socios y su bienestar. Por ello, Antonio López tiene claro que es necesario pelear por ellos desde el despacho y fuera de él, tener actos distendidos que permitan evadirse del estrés del trabajo.
La CUCN recuperó en este mes de junio de 2023 una de las tradiciones que con más cariño inició su presidente. Allá por 2008, después de una Asamblea, Antonio López y su familia animaron a los regantes a pasar una jornada de convivencia en la sede de la comunidad, todos alrededor de una mesa y con buenos platos de paella. La jornada fue tan satisfactoria, que cada año se celebraba, hasta que la pandemia obligó a hacer un pequeño impás por las archiconocidas medidas de seguridad sanitarias.
Ahora que las reuniones en masa vuelven a verse con normalidad, la comunidad ha vuelto a celebrar su gran jornada de convivencia, con casi dos mil comuneros. “Jornadas como ésta son la recompensa que tiene uno, un día sin prisa que te hace disfrutar. La gente te comenta, te habla de sus problemas pero lo hace de forma distendida. Todavía recuerdo con mucho cariño la primera vez en 2008. Entonces la comunidad gozaba de plenitud en sus asambleas, no había votos en contra. Ese año renovaba por primera vez mi mandato. No se presentaba nadie y en agradecimiento, quise hacer 50 paellas para la comunidad. Fue muy satisfactorio”.
La comida se ha hecho tan popular entre los comuneros que de ese medio centenar de paellas cocinadas in situ, se ha pasado hasta casi doscientas. Pero al final, la comida es una excusa para que la camaradería sea la nota reinante en la sede de la Comunidad de Usuarios de Aguas de la Comarca de Níjar. “Al final estamos todo el día trabajando y ésta es una jornada hermosa que pasaremos todas las familias, hablando y saliendo de la rutina del día a día. Procuramos que vengan también los niños y nos acompañen, les tenemos preparada una nave de mil metros, donde habrá monitores para que dibujen y se diviertan”, indica Antonio López, que presta especial atención a la infancia: “ La comarca es muy grande, los niños no se conocen y es bueno que se relacionen y hagan amigos. Se juntan unos 300, algo que ni en un cumpleaños ocurre. Los distribuimos por edades y se divierten mucho. Ya la última vez que lo hicimos, fue fantástico, mejor incluso que la comida de los mayores”.
Precisamente ése es uno de los grandes éxitos de la comunidad, que gracias a eventos como éste se forma un espíritu familiar, un sentimiento de pertenencia que se mama desde chico y se desarrolla con el paso de los años.
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