Pesca

Cofradía de Pescadores de Adra: la esperanza pica el anzuelo

Paco observa cómo un barco descarga pez espada en la lonja abderitana. Paco observa cómo un barco descarga pez espada en la lonja abderitana.

Paco observa cómo un barco descarga pez espada en la lonja abderitana. / Rafael González

Escrito por

· Pablo Laynez

Redactor

Un barco pesquero acaba de atracar en el puerto, junto a la lonja. Desde bien temprano estaba faneando, ganándose la vida con mucho sacrifio en aguas abderitanas. También con incertidumbre ante la situación. Paco, Patrón Mayor de la Cofradía Pesquera, espera para echar una mano. “Aquí nos ayudamos todos”, dice con su marinera barba blanca mientras se pone los guantes. Su estampa es la de lobo de mar, hombre fornido, con muchas experiencias entre olas y algún que otro susto que le hizo mantener conversaciones con San Pedro. “Tengo el corazón y el pulmón desplazado por un accidente”. Pero ahí sigue, trabajando como el que más.

Eso sí, su labor ahora es incluso más ardua que la de echar el anzuelo cada mañana y pelear a brazo partido con ejemplares de cien o doscientos kilos. Tiene que defender una institución que tiene varios siglos, que hunde sus raíces en los Pósitos Pesqueros de Abdera. La Cofradía de Pescadores de Adra está en una situación “caótica”, en un momento que marcará su futuro y el de una localidad que tiene en este sector uno de sus motores económicos. “Es fundamental que la Cofradía no se pierda, que solucionemos esto con diálogo. Todas las partes tenemos que estar juntos”, dice Paco con serenidad, con una labia que parece más corresponderle a un ministro que a él.

Precisamente por esa facilidad para transmitir sus ideas, su SOS ha sido rápidamente atendido por su paisana Carmen Crespo. El Patrón Mayor envió el martes una carta de auxilio, que encontró difusión en este rápida difusión medio [amén de otros, por supuesto] y que trascendió hasta San Telmo. La Cofradía necesita con urgencia una Fábrica de Hielo y un proyecto de remodelación de la lonja para adaptarla al presente siglo. Entre otras cosas, con placas solares para optimizar y hacer más sostenible a su sector. “Me ha llamado el director general de Pesca, José Manuel Martínez, para decirme que la consejera ha dado ya la orden para solucionar esta agónica situación en la que nos encontramos. Estoy seguro de que vamos a sacar esto adelante con el apoyo de Mari Carmen [Crespo]”.

Esto es lo más acuciante. Pero aún hay más: ayudas sociales y cuota del atún, en este caso dependiente de la secretaría general de la pesca marítima. Acerca de la primera, Paco es claro. “Hemos pasado de ser la primera en recibir ayudas a ser la última. Ahora hay barcos que no reciben ayudas y si las reciben, el cobro se dilata en el tiempo. La parte social es fundamental en nuestro sector, tenemos muchos barcos amarrados por falta de gente, nos estamos quedando sin pescadores por no tener un sector atractivo”, explica el Patrón Mayor, que ejemplifica el duro momento para hacerla más comprensible: “Esto es un trabajo de mucha penuria, con poco ingreso pero mucho coste. Hay veces que vendemos el pescado más barato que hace veinte años, algo insostenible. Realmente no se hace atractivo trabajar. Pero aún así, es nuestra vida y somos parte fundamental de la economía abderitana”.

¿Y cómo se soluciona esto? Paco es un libro abierto, es una mente privilegiada. Ideas no le faltan para que las casi trescientas familias que viven de la pesca, con una flota de treinta y pico barcos, sigan teniendo en el mar su principal sustento. “El turismo es fundamental en toda Almería y puede complementar a la pesca. Creemos un turismo pesquero, que aproveche barcos que no faenen para enseñar a los turistas cómo se trabaja en el mar, les demos de comer de nuestro pescado y nuestras bebidas... Esto supondría un ingreso extra que puede ayudar a nuestras empresas”, explica el de Balerma [abderitano de adopción], que complementa casi sin respirar con la siguiente idea: “La industria alimenticia también puede complementar nuestro trabajo. Hay proyectos dormidos que tienen que despertar del sueño de los justos, de transformación del pescado para que no haya que cocinarlo, sino directamente meterlo en el horno o el microondas. Hay mucho pescado con poco valor económico, pero gran aporte energético”.

La Fábrica de Hielo, rota, una de las primeras cosas que debe de arreglar la Junta. La Fábrica de Hielo, rota, una de las primeras cosas que debe de arreglar la Junta.

La Fábrica de Hielo, rota, una de las primeras cosas que debe de arreglar la Junta. / Rafael González

Y como no hay dos sin tres, la cuota del atún también tiene su aquel. La verdad es que con la explicación dada por Paco, uno no entiende que los barcos abderitanos no tengan derecho a faenar en busca de una de las joyas marítimas del Mediterráneo como es el atún. “El escudo de Abdera, con dos atunes, es testimonio vivo de nuestros ancestros más lejanos y merece la pena seguir protegiéndolo hasta que nos quedemos sin aliento. No puede haber mayor paradigma de la contradicción, ni más vil atropello a nuestra cultura por parte de la administración central de pesca, que haber dejado sin cuota de atún a una ciudad con tres mil años de historia que trajo a Europa sus primeras monedas, con dos atunes grabados como símbolo indeleble e inequívoco de su vínculo con la pesca de esta especie. Unos derechos históricos que bien merecen una cuota anual de al menos 500 toneladas de atún para el puerto abderitano”. Poco más que añadir, está todo dicho. Si acaso, que mucha suerte y ojalá sus súplicas sean atendidas también por la secretaría general de pesca marítima, a la que se le ha pedido una audiencia.

Quinientas toneladas es la cuota de atún que piden a la secretaria general de pesca marítima

Son casi las dos y media de la tarde. Paco ha atendido a una radio almeriense, a la par que desgranaba esta información para que los lectores de Diario de Almería sean de primera mano que la pesca abderitana necesita hacer como Fuenteovejuna para que el futuro sea claro, transparente, cristalino como las aguas de las playas que rodean al Puerto y donde centenares de turistas se torran al sol.

El barco que descargaba su mercancía [un pez espada que entraba por el ojo y que uno se imagina a la plancha, acompañado de unos tomates cañaeros] ha dado paso a la carga de las cajas en los camiones. Hay que darse prisa puesto que el hielo, que viene en bolsas ante la falta de fábrica propia, sufre las inclemencias meteorológicas como cualquiera. Paco se remanga nuevamente la camisa, toca ofrecer nuevamente sus ásperas manos. Es el último barco del día, la faena está echada. Pero la lucha en pro de la Cofradía de Pescadores de Adra continúa.

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