Desde hace algún tiempo, el comisario Virginijus Sinkevicius tiene entre ceja y ceja la pesca de arrastre del Mediterráneo, que afecta especialmente a los caladeros de Almería. Sinkevicius, con informes desfasados que nada tiene que ver con la realidad del sector, pone todas las trabas posibles para una pesca que ha demostrado por activa y por pasiva que más allá de ser sostenible, realiza un trabajo pedagógico con la sociedad, cuyos deshechos son más destructivos que las actuales técnicas de pesca.

“Ante Bruselas se va con todos los proyectos que el sector pesquero está haciendo de cerco, de arrastre, de cercos menores... Hay un objetivo por parte del comisario de acabar con la pesca de arrastre, hay un esfuerzo mayor para demostrar que ésta es sostenible, responsable y que nada tienen que ver con la de hace 20 años”, dice Gallart que aconseja al comisario que se asesore mejor: “El pescador actual no es lo que tiene en mente el equipo del comisario en Bruselas, para nada. En los últimos diez años ha habido medidas de recuperación del caladero, ¿por qué no se evalúan y se ponen los datos sobre la mesa? Trabajan con datos desfasados, es una fotografía pasada, es injusto”.

Ante estos argumentos, poco que decir, salvo escuchar con atención y aprender de los que saben. Por eso, tanto los profesionales de la pesca como hostelería y mercados ven con buenos esos el desarrollo de la marca Gamba Roja de Almería. “Los pescadores están completamente de acuerdo. Nos vamos a reunir con el presidente de Ashal, porque también son parte fundamental de esto. Se ha creado un comité externo que hace seguimiento (Ashal, Ayuntamiento, Diputación, APA, UAL...) y que nos van a acompañar en todo este proceso”, finaliza Gallart.