Los vértices del modelo sostenible del Grupo Cajamar: personas, ideas y territorios
El Informe de Sostenibilidad 2020 describe el año marcado por la COVID-19 del primer grupo financiero cooperativo de España
El grupo compensa el 100% de sus emisiones de CO2 destinando la cuantía correspondiente a proyectos de la Amazonia
Generación de certidumbre, corresponsabilidad, crecimiento con el entorno, cooperación entre personas, ideas y territorios e integración de los criterios económicos, sociales y ambientales. Estas son las propuestas de futuro marcadas por el Grupo Cooperativo Cajamar; “un modelo de banca social cooperativa para un futuro diferente, hacia una globalización inclusiva, restauradora y sostenible desde la lógica local”, reza en su Informe de Sostenibilidad 2020. En este sentido, el consejero delegado del Banco de Crédito Social Cooperativo (BCC)-Grupo Cooperativo Cajamar, Manuel Yebra, señala que la industria financiera se está viendo sometida a profundas transformaciones como consecuencia del proceso de transición ecológica puesto en marcha en 2015 con el Acuerdo de París y la promulgación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así el sector bancario es clave para reconducir los flujos financieros a proyectos viables y sostenibles. El horizonte de esta transición es 2030, según la Agenda para el Desarrollo Sostenible, “tenemos por delante diez años en los que vamos a acompañar a nuestros clientes en el proceso de adaptación a una economía baja en carbono, con una fuerte presencia digital y basada en el conocimiento como elemento diferencial”.
El pasado año fue un ejercicio especialmente complejo para la economía global y, en particular, para la española, a causa de la pandemia por la COVID-19. Luis Rodríguez, presidente de la entidad, expone que el papel de la banca cooperativa es contribuir a proporcionar estabilidad, certeza y confianza allí donde opera. En línea con las perspectivas de futuro, Rodríguez señala que el grupo cooperativo que representa mantiene su modelo de sostenibilidad basado en las personas, las ideas y los territorios.
El de Cajamar es el primer grupo financiero cooperativo de España; está formado por 18 cooperativas de crédito y el BCC como cabecera; está presente en 46 provincias españolas, cuenta con 3,5 millones de clientes de los que 1,4 millones son socios; además es una entidad referente en el sector agroalimentario con una cuota de mercado en el sector primario del 15,03%. Cerraba 2020 con un resultado consolidado neto de 23,76 millones de euros, un 74,3 % inferior al año anterior, en un contexto marcado por la crisis sanitaria y en un año en que el grupo fue reconocido por la Agencia Sustainalytics por su gestión de los factores de riesgos ambientales, sociales y de gobernanza. Otros datos cuantitativos y significativos de la entidad es que su plantilla alcanza los 6.215 empleados habiendo obtenido por primer año la certificación como ‘Un gran lugar para trabajar’; el negocio total gestionado suma 88.369 millones de euros, mientras los activos suponen 53.617 millones de euros; además, el grupo compensa el 100% de sus emisiones de CO2 destinando la cuantía correspondiente a proyectos de la Amazonia a través de Madre de Dios (Perú).
El 2020 era el año en que finalizaba el plan estratégico que el Grupo Cooperativo Cajamar se fijó hace tres años. A pesar de la irrupción de la COVID-19, el grupo ha logrado cumplir con los principales objetivos; en esta línea, el informe destaca varios hitos dentro de tres ejes principales: fortalecer el balance, consolidar la transformación tecnológica y operativa y evolucionar en su forma de hacer negocio; si bien el grupo decidía extender este plan (2018-2020) durante el ejercicio presente con el fin de potenciar los aspectos más significativos del mismo e incorporar de manera selectiva otros, mientras el grupo valora el impacto real de la pandemia en la economía y sociedad.
En cuanto a la acción social, en 2020, a través del Fondo de Educación, Formación y Promoción, se aportó para acción social y cultural 114.502 euros (en 2019 la cuantía fue de 163.050 euros); entre directos e indirectos, los beneficiarios sumaron 73.951. Respecto al voluntariado corporativo, está canalizado a través del Programa de Voluntariado Corporativo (Provoca), que el grupo desarrolla desde 2006 y que cuenta con 550 miembros, así como a través del Equipo Solidario, mediante el cual los empleados hacen microdonaciones, recaudándose en el último ejercicio 34.384 euros por parte de 2.059 miembros.
Crear valor mediante la transformación digital
Como se constata en el informe, la entidad insiste en crear valor mediante la transformación digital. Así compatibiliza su eficiencia tecnológica con su compromiso social a favor del desarrollo de las comunidades rurales. Para fomentar la transformación digital y la sostenibilidad en el seno del grupo, en 2017 lanzó el proyecto ‘Embajadores Digitales’. Con él, empleados voluntarios sirven como impulsores del cambio apoyando el proceso de adaptación de las personas hacia la transformación digital y los nuevos canales dentro de la entidad; concretamente son 125 los embajadores. El grupo, en este contexto, por ejemplo, ha incrementado la vinculación digital de sus socios y clientes, así ya suma más de 934.000 clientes digitales, un 14% más que en 2019, 720.000 clientes de banca móvil (un 33,2% más que el año anterior).
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