Un 2 de enero de 1973 abrió sus puertas el Centro de Experiencias Michelin Almería (CEMA). La multinacional francesa buscaba, por aquellos entonces, un lugar idóneo para un intenso y exhaustivo trabajo de innovación y experimentación con los neumáticos, para comprobar que estuvieran preparados para la salida al mercado. La elección de la ubicación no fue sencilla, ya que debía cumplir con una serie de requisitos: estar situado en Europa, contar con baja pluviometría, temperaturas altas y regulares durante todo el año, disponibilidad de miles de hectáreas en zona llana y de montaña, composición del suelo adecuada, y en las cercanías debía haber un aeropuerto internacional y una ciudad que pudiera proveer al centro de gran cantidad de mano de obra cualificada.

La provincia de Almería, concretamente un paraje situado en pleno corazón de Cabo de Gata Níjar, fue el lugar escogido. Como curiosidad, cumplía con once de los doce requisitos. ¿Cuál era el que no satisfacía del todo? El viento, algo que viene de serie en la provincia. Sin embargo, los pros superaban con creces los contras y el CEMA se inauguró un centro que es referencia mundial en el desarrollos de neumáticos de máxima calidad.

Medio siglo de trabajo, de experimentación e innovación en una joya medio ambiental con la que Michelin ha sabido fusionarse. Y es que además del hora et labora, la multinacional tiene entre bien impregnada en su filosofía el respeto al entorno, como bien lo demuestra el cuidado por la flora y la fauna del lugar, que ejemplifica un drago centenario que hay en el interior del centro y que tiene la misma vitalidad y robustez que la compañía.

Foto histórica: Navidad de 1978, con Bibendum, mascota de la compañía.

Y algo más que no se debe de quedar en el tintero y que explica el por qué de la identificación de los trabajadores de Michelin con su empresa. François Michelin, gerente del grupo desde 1955 hasta 1999, llamaba a la compañía ‘La Maison’ (en francés, ‘La Casa’). Se trataba de un empresario humanista, que tenía claro que el beneficio era importante, pero tanto o más lo era que la gente tuviera buenas condiciones laborales para que existiera un arraigo.

Lo consiguió. Vaya que si lo consiguió. Sólo hace falta ver el libro conmemorativo de esta efeméride que celebra el CEMA de Almería para percatarse de que en Michelin la gente trabaja y lo hace porque les “gusta” trabajar allí. El entrecomillado está extraído de una frase textual del autor de la publicación ‘Centro de Experiencias Michelin Almería: 1973-2023. Cincuenta años de compromiso e innovación’, Jorge Giménez Garrido.

Junto con el director del CEMA, Jorge Pato Elgoibar, diferentes representantes de la compañía y la alcaldesa de Níjar, Esperanza Pérez, Jorge Giménez presentó en la mañana de este jueves su creación literaria, que hace un recorrido por la historia del centro, desde el proyecto inicial a principios de los años setenta, hasta la actualidad.

Foto histórica de la prueba de unos neumáticos.

Esta publicación ha supuesto dos años de trabajo y una importante labor de investigación, aportando datos inéditos hasta la fecha. “Existe mucha bibliografía de la empresa a nivel internacional, pero se ha hablado poco de la historia del CEMA. Siempre me ha gustado mucho la historia y más la historia de la empresa en la que trabajo desde hace más de diez años y en la que también trabajó mi padre. Por eso, propuse escribir unos artículos sobre esta efeméride, pero gustó tanto el proyecto inicial que me propusieron escribir este libro”, comentaba el autor en una mesa redonda ante los medios.

El libro es una obra de arte, tanto por el cariño por el que está escrito desde su prólogo y hasta la recopilación de fotos históricas de la compañía que lo ilustran, pasando por las anécdotas y vivencias que narra. Entrevistas a los pioneros de la CEMA (muchos de ellos siguen vivos), desde directores a conductores de coches, informaciones de antaño gracias al periódico interno que realizaban los propios trabajadores de la multinacional, datos de la construcción del CEMA, imágenes de las actividades de ocio y recreo de los operarios de la compañía... Por supuesto, Bibendum (la famosísima mascota) cuenta con mucho protagonismo porque es una marca en sí misma.

“Además de todo lo que narro y todo lo que se cuenta, me gustaría hablar del compromiso, palabra que aparece reflejada en el subtítulo de la obra. Para los que aquí trabajamos ésta es nuestra casa y es uno de los secretos del éxito de este centro. Buen parte de ello se lo debemos a François Michelin y su forma de entender el trabajo. Pero además, en el CEMA también tenemos una asociación cultura y deportiva que refleja los valores que la compañía nos quiere inculcar”, destacaba orgulloso Jorge Giménez.

Para ellos precisamente va dirigida esta obra. La publicación será entregada a los trabajadores del CEMA en una jornada de puertas abiertas para sus familias, que tendrá lugar el próximo domingo 14 de mayo. Habrá actos, actividad, visitas a los talleres, recorrido por las instalaciones... Todo lo posible, siempre bajo la confidencialidad que le presupone a un centro de investigación, que se culminará con la entrega de este fantástico libro que el almeriense, de corazón nijareño, ha escrito en los últimos años para ser parte de la historia de su compañía.

“Somos una gran familia y éste será nuestro álbum de recuerdos”. Imposible explicar mejor lo que supone esta recopilación, para explicar de su puño y letra lo importante que es para la provincia de Almería contar con un centro que es referente mundial en su sector.

El icónico drago centenario del CEMA.