La mirada zurda
Antonio Guerrero
¿Puede una IA tener conciencia?
Alejandro Faus, el propietario del Grupo Projar, con sede en Valencia, comenzó a importar turba a principios de los años 90 porque se dio cuenta de que suponía una gran oportunidad de negocio. Así es como surgió la idea, que fue la antesala a la puesta en marcha de la compañía, en 1994, dedicada a la importación de turba y fibra de coco, procedente de los países bálticos, la primera (Estonia, Letonia y Lituania, principalmente), y de India y Sri Lanka la segunda.
Con ambas materias primas, Projar elabora sustrato en Almería, más de 200 referencias, en una planta ubicada en el muelle de poniente del puerto de la capital, la única instalación del grupo valenciano dedicada a esta tarea, pues en Valencia posee las oficinas centrales y los servicios logísticos, mientras que cuenta con filiales en Brasil, Portugal, Sri Lanka e India.
La planta almeriense, en propiedad desde 2009, prevé culminar 2016 con una producción de 60.000 metros cúbicos de sustratos personalizados, en función del cultivo al que va dirigido (frutas, hortalizas, planta ornamental), cuyo destino es, principalmente, la península ibérica, que absorbe el 70% de las ventas, junto al norte de África, con Marruecos a la cabeza, Túnez y México.
"En dos o tres años esperamos igualar el porcentaje de ventas nacionales e internacionales, es decir, que el mercado nacional e internacional se repartan el 50% de las ventas cada uno", asegura el director de la planta de Projar en Almería, Rafael Muñoz.
Los 60.000 metros cúbicos de sustratos previstos para 2016 suponen un aumento del 20% respecto al año pasado, un auge derivado de la gran expansión que la empresa está experimentando tanto en Marruecos como en México. Otro de los motivos de este crecimiento es la nueva línea de sustratos para la producción de arándanos que es nueva en el mercado, pero en la que Projar es experto.
La planta de Almería facturará en torno a 5 millones de euros en 2016, mientras que el grupo prevé alcanzar los 20 millones en ventas, por lo que el trabajo que se desarrolla en la capital almeriense supone la cuarta parte del total.
Muñoz explica que los clientes almerienses absorben entre el 5 y el 10% del total de la producción de Projar. El hecho de estar físicamente ubicados en el puerto facilita la entrada de la materia prima que se desembarca directamente desde los buques hasta los almacenes de Projar.
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