Fusión de música flamenca y árabe para la clausura del Festival Alamar
Gran actuación de Anabel Veloso y excelente espectáculo de Taylan Polat
Después de once intensos días con trece conciertos en el programa, Alamar 2014, el festival del Milenio, cerraba el sábado una de las ediciones que sin duda será recordada por los almerienses, dada la calidad de los espectáculos ofrecidos por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería.
Los encargados de la clausura fueron el guitarrista turco Taylan Polat y la bailaora Anabel Veloso. A priori dos mundos alejados, pero nada que ver con lo que pudieron vivir los almerienses y turistas que llenaron la Plaza Vieja. En ambos casos, sea a través de la adaptación de poesía tradicional turca en palos y compases del flamenco o con la dualidad del baile oriental y flamenco, entre lo andalusí y el arte gitano, la propuesta artística fusionó con armonía, belleza e intensidad las dos culturas con una naturalidad plausible.
Taylan Polat inició su recital con palmas y compases de pie y a capela. Pero donde mejor se desenvuelve es con las seis cuerdas, tal y como demostró. Polat desgranó sus particulares adaptaciones de textos de la poesía tradicional turca y algunos compuestos por él mismo, a los palos del flamenco, con los que experimenta constantemente en plena libertad, jugando con los compases de dos músicas con profundas raíces, pero que demostraron una vez más que la convivencia es posible.
Seguiriyas, tientos, alegrías sonaron con enjundia junto a una banda formada por Javier Rabadán a la percusión, Pablo Pradas al bajo, Baha Yetkin al laúd y guitarra y Cristian De Moret al piano y a la voz en las estrofas en castellano y que vino a ser una de las grandes sorpresas agradables de la noche por la intensidad y el timbre de sus cantes.
Taylan Polat presentó con respeto una taranta, A La Tania, cante de la tierra, compuesta en honor de los 300 turcos que perdieron la vida en una explosión en el mes de mayo en Soma (Turquía).
La bailaora garruchera y su compañía de Danza Flamenca trajeron a la Plaza Vieja su espectáculo Mediterráneamente. Una obra conceptual en la que la cultura andalusí, representada por músicos argelinos, y el flamenco, con un cuadro de cuatro componentes, se integraron tanto en música, como a través del baile de la propia Veloso y Shirin María José Rodríguez. Los cantes corrieron a cargo de Suhail Serghini y Cristo Heredia Amaya. Durante la actuación, toque y el baile se fundieron para dar lugar a una expresión cultural enriquecida y llena del espíritu de Al-Ándalus con el Mar Mediterráneo como eje conductor.
Comenzó con una adaptación de El Embarcadero, pieza ganadora del Premio nacional a la composición musical y a la mejor puesta en escena en el XVI Certamen de Coreografía de Madrid. Los cantes por seguiriyas, soleás y alegrías permitieron a Veloso mostrar su reconocida elegancia en la forma de bailar, mientras que zambras y ritmos orientales sirvieron de banda sonora para las interpretaciones más sensuales de Shirin María José Rodríguez.
Los momentos más bellos del espectáculo se produjeron en dos supuestos 'duelos' entre culturas, primero al baile, más adelante al cante, en los que al final, en una escala rítmica creciente, siempre se llegaba a un acuerdo. Como fin de fiesta, Anabel Veloso invitó al quinteto de Taylan Polat al escenario para despedirse con jaleos y bulerías.
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