El Loot de Txeron

Flashback 2, todo un chute de nostalgia

Vuelve el icónico juego que encandiló en los años 90.

Vuelve el icónico juego que encandiló en los años 90.

El anuncio hace algo más de medio año que estaba en desarrollo la secuela de Flashback, un juego de culto para los jugadores que ya pintan canas y arrugas (entre los que se incluye el que suscribe estas líneas), me generó un terremoto emocional. Volver a ponernos bajo la piel de Conrad B. Hart y sentir aquella sensación de aventura inigualable de 1992 era un chute de nostalgia al que no podíamos resistirnos.

Ahora, tras haber superado el juego en algo más de una decena de horas (el doble que el original), la sensación es un poco agridulce. Esta entrega, pese a estar desarrollado por el creador de la primera, Paul Cuisset, y apostar en lo audiovisual por un acabado notable con muchas reminiscencias a la aventura original actualizadas al siglo XXI (el salto gráfico es inmenso, de hecho), ofrece en cambio una jugabilidad algo tosca que desluce en muchos momentos la experiencia por sus altas pretensiones de abarcar más allá de lo que propone.

El título, que utiliza ahora un sistema 3D limitado, principalmente yerra en los tiroteos, que se vuelven caóticos por el sistema de apuntado y su empecinamiento en no dirigirse al enemigo que deseamos. Un mal que podría ser menor si la acción no fuese uno de los pilares sobre los que se vertebra esta secuela y que se repite allá por donde nos desplazamos en escenarios como Nuevo Tokio, Nuevo Washington y las selvas de Titán.

El diseño artístico nos transporta un mundo cyberpunk. El diseño artístico nos transporta un mundo cyberpunk.

El diseño artístico nos transporta un mundo cyberpunk.

El juego, como apuntábamos, mezcla un poco de todo: contar una historia a mi gusto interesante, cumplir tareas para obtener información o dinero, un poco de plataformeo (aunque no al nivel del original), coleccionismo de holocubos, diversos puzles, desafíos con ayuda de unas gafas especiales, conversaciones con elecciones en los diálogos y tediosos viajes en moto (lo peor).

Con todo, el título mantiene el pulso aunque no en lo que concierne al framerate ya que en la versión de PS5 que hemos podido probar sufre de ralentizaciones que evidencian que aún precisa de optimización, más si cabe si lo que se muestra en pantalla no justifica ese rendimiento.

La historia continúa

El hilo argumental entronca directamente con el original, y sin entrar en detalles para que juegues sí o sí de nuevo la primera entrega, el título nos sitúa poco después del final de ésta cuando Conrad inicia la búsqueda de su amigo Ian con una invasión alienígena en ciernes. Estamos en el siglo XXII, y los United Worlds se extienden por todo el Sistema Solar, pero esta tranquilidad se ve amenazada por la invasión Morph liderada por el temible General Lazarus.

Los combates son algo ortopédicos por el sistema de apuntado. Los combates son algo ortopédicos por el sistema de apuntado.

Los combates son algo ortopédicos por el sistema de apuntado.

En esa encomienda, el título nos lanza a una aventura de ciencia ficción en un mundo cyberpunk con muchas dosis de acción, plataformas y una cuidada narrativa a la que se suma la (casi) única arma que portaremos potenciada por la IA A.I.S.H.A. Todo ello traducido al castellano pero solo doblado en inglés o francés por lo que tocará leer bastantes subtítulos. Mención especial para la banda sonora que está mimada al detalle y sobresale por encima de la media del título.

Y al final, ¿qué? Pues que la espera ha merecido la pena pero quizás ese chute de nostalgia habría sido más satisfactorio con más tiempo de cocción en optimización y mecánicas. Ser un juego doble A con precio contenido amortigua esa sensación, eso sí. En cualquier caso, si jugaste el primero este es una obligación porque retrotraernos a los años 90 y sentir que volvemos a estar allí con Conrad no tiene precio.

Hemos podido analizar Flashback 2 gracias a una clave para PS5 que nos ha remitido Meridiem Games.

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