Jorge Colipe

Su Majestad el Rey

03 de junio 2024 - 00:00

No importa qué partido ni cuántos hayas visto porque el final siempre será el mismo. Una película en bucle que se repite año tras año, o a más tardar, año por medio. El Real Madrid es el Rey de Europa. Real es su primer nombre y al que le hace honor temporada tras temporada. Sí, puede haber un accidente. Puede que por esas cosas del fútbol otro equipo se meta de por medio, pero al echar la vista atrás, el campeón suma y sigue. Hasta el torneo debería cambiar de nombre y en vez de Champions League, ponerle directamente Merengue League. Decidle a los grabadores de trofeos que a la copa del año que viene ya le inscriban el nombre del Real Madrid, porque los blancos ya piensan en la número 16. De tanto ganarla, ya ni la celebran porque han hecho del campeonato una cosa vulgar. Todos los equipos juegan para que se luzca siempre el mismo. Actores de reparto que el Madrid minimiza con su sola presencia en la competición. Porque esto no va de jugadores. Va de escudo, de raza y de leyenda. Da igual quien juegue, porque si las puertas del cielo no se abren, viene un tal Carvajal y de un cabezazo revienta el candado. Mire usted por donde, Dani Carvajal, el más madridista de todos los que saltan al campo de juego, allí va como el Cid Campeador entre los gigantes para meter la cabeza y decirle a los cien mil alemanes que coparon Londres y al mundo entero, que este año tampoco va a poder ser. El Real Madrid es el nuevo campeón de Europa y eso ya ha dejado de ser noticia. Hace todo bien. Sufre bien, desconecta bien, corre bien y te noquea mejor. Porque el Borussia Dortmund, en el mismísimo Wembley, quiso acortar diferencias, corriendo y metiendo, pero se quedó sin combustible. Lo tuvo, pero el palo y Courtois, le dijeron que no, que no tocaba. Y cuando las críticas a la desidia empezaban a amplificarse, aparece Kroos, hasta el momento ausente, y acaricia una pelota que cae justo donde debe caer porque así lo decidió el bueno de Toni. El último servicio al equipo. La última caricia a la redonda antes de irse a casa. Y ahí el partido fue otro. Vinicius marcó el gol de la tranquilidad. Un día más en la oficina.

También te puede interesar

stats