La Copa del Rey Juvenil echará su telón la próxima semana, con la disputa de la final a cuatro en León. Allí buscará estar el Almería por primera vez en su historia en una final organizada por la RFEF, persiguiendo un título que sería histórico para la entidad rojiblanca, si bien el camino andado hasta ahora por los de Lasarte ya es plausible, pudiéndole poner la guinda la próxima semana, después de medirse este domingo al Betis en un encuentro que será decisivo para la clasificación para la Copa de Campeones. Nunca ha participado en ella un Almería que lo tuvo cerca en 2010, pero que terminó claudicando en la última jornada ante el propio conjunto sevillano.

Hasta el momento para algunos será la Copa de Rachad, con las tres dianas que suma, y para otros la de Juanjo, por ese gol en Las Palmas de Gran Canaria para acabar con los 22 triunfos consecutivos de los anfitriones. Para este periodista será la del bar del coqueto campo del Huércal. El municipio del bajo Andarax pudo disfrutar de dos eliminatorias del torneo, anteponiendo Lasarte el jugar en su hábitat natural antes que desplazarse al Anexo o al Mediterráneo. Más de mil espectadores llenaron la instalación tanto en dieciseisavos de final como en octavos. El epicentro del bullicio estaba esa cantina convertida en bar, sin llegar a transformarse en uno de esos locales que dicen ser de tapas, pero en los que una de las últimas y una cerveza se acercan a los cinco euros como si se estuviese probando uno de los sobrevalorados pinchos de Bilbao. En un ambiente futbolero, con diferentes bufandas y varias cajas de cromos de fútbol, el juvenil A del Almería y los diferentes equipos de las bases del club huercalense son el tema central de las tertulias.

El que suscribe siempre agradecerá la amabilidad del personal del bar en el encuentro frente al Alavés, con un frío impropio de Almería que hacía prácticamente imposible mover los dedos para escribir la crónica, problema solventando por aquellos amigos, que construyeron en cuestión de minutos un pequeño despacho con calefacción incluida. Si finalmente se atreven a ir a León, pocos se merecerán más el título que el personal del bar del Huércal.

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