Análisis

Jorge Colipe

El futuro ya está aquí

12 de mayo 2025 - 03:11

Después de la eliminación del Barcelona frente al Inter de Milán en semifinales de Liga de Campeones, la ilusión del triplete se esfumó en Can Barça. Todos sabemos que el fútbol no va de merecimientos, así que si el Barça mereció más frente a los italianos, solo es consuelo para pensar en una muerte dulce de un equipo por el que vale la pena pagar una entrada solo por sufrir su instinto suicida, de ir a buscar arriba aún cuando no hace falta, cuando el partido te pide otra cosa; cuando la experiencia debiera prevalecer dentro del campo de juego para no caer en pecados de juventud que te acaban penalizando. Casi sin días para asimilar el golpe, el equipo de Flick debía recibir en casa al Real Madrid para dejar sentenciado o no el campeonato de liga. La duda era cómo afectaría mentalmente la eliminación de Champions, al líder del campeonato patrio que pisó el césped de Montjuic dubitativo, a tal punto que cuando comenzó a desperezarse ya perdía dos a cero. Hicieron falta dos baldes de agua helada para despertar al líder que ya parece cómodo apuntándose a las remontadas. Lo de remontar, en el caso del Barcelona, tiene que ver con creer y confiar en su juego posicional y de toque rápido de balón buscando el espacio o imaginando un hueco cuando la pelota pasa por los pies de Pedri. Por el contrario, el Real Madrid es pura voluntad y cuando baja esa intensidad, el juego colectivo es una carencia. Son características de los dos colosos de la liga española y este domingo así lo plasmaron en un estadio repleto, con la mejor recaudación de toda la campaña blaugrana. El Barça podría haber ganado por una diferencia mayor y el Real Madrid lo pudo empatar, en este nuevo fútbol en el que las emociones están reprimidas por un ordenador. Un partido de los que no le gustan a los técnicos pero son recordados por los espectadores con el paso de los años. Partidazo para el disfrute y el Barcelona que se mete media liga en el bolsillo con siete puntos de ventaja y a escasas fechas de acabar el calendario. Los chicos de Flick vuelven a derrotar al Madrid y van cuatro seguidas, todas por goleada. El futuro del Barca ya está aquí.

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