La tapia con sifón

Abre un restaurante

Es pronto para hacer una crítica a fondo, pero creo que si lo apoyamos tendremos un estupendo restaurante

La apertura de un restaurante en una capital de doscientos mil habitantes no debería de ser noticia, pero el caso es que lo es porque ya no se llevan. Me refiero a restaurantes, no a bares de tapas, neotabernas o gastrobares, sino a restaurantes de verdad. Con sus manteles, sus mesas bien montadas, sus cartas de platos y vinos, sus camareros que saben tomar una comanda, asesorar a los clientes y por dónde se sirven y se retiran los platos… un rest urante, ya digo.

En los últimos años han desaparecido la mayoría de los restaurantes de buen nivel que ha habido en la ciudad: Mediterráneo, Picasso, Espronceda, Balzac. Algo tienen que ver las crisis económicas, porque estos restaurantes tienen altos costes de mantenimiento. Así ocurrió con El Rincón de Juan Pedro, el mejor restaurante de la capital durante veinte años, que obtuvo un sol en la primera edición de la guía Campsa (1979) y cayó en los 80. Pero en estos tiempos también tiene mucho que ver con la escasez de buenos restaurantes la moda de la informalidad, tanto el comer como en el trato. Se abaratan costes a base de reducir el tamaño de las mesas, el equipamiento y el personal cualificado. En la oferta se mezclan tapas y raciones sin orden ni concierto; y lo peor es que muchos también reducen costes rebajando la calidad del producto o, directamente, comprando 5ª gama. Y en cuanto el servicio, el paso de lo informal a lo zafio se da con frecuencia debido a la baja cualificación y, también hay que decirlo, a la no menos escasa educación.

Por eso, la apertura de un restaurante-restaurante es noticia. Se trata de Travieso, ubicado en la calle Lentisco. Es una apuesta del joven almeriense Dani Muñoz, que ha trabajado en fogones ilustres como Alejandro y ha asimilado el amor por el producto y el dominio de las técnicas actuales. El local es pequeño pero el espacio para los comensales es amplio y cómodo. El ambiente es agradable y la comida buena. Cuida la materia prima: carnes de Joselito o angus, pescados rigurosamente del día y verduras frescas. Las combinaciones suelen ser acertadas. El servicio también es muy joven, y con el interés que muestra por hacerlo bien, el rodaje lo irá afinando. Es pronto para hacer una crítica a fondo, pero creo que si los aficionados lo apoyamos tendremos un estupendo restaurante en Almería para muchos años.

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