OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
A muchos les sonará a chino, pero es japonés. Capitán Tsubasa es el nombre original de la serie que en España se conoció como Campeones, lo que viene a ser Oliver y Benji de toda la vida.
Una generación entera se pasó las mañanas pegada al televisor siguiendo las andanzas del joven goleador japonés Óliver Aton por aquellos interminables campos de fútbol. En la memoria de todos están los gemelos Derrick con su catapulta infernal, la camiseta arremangada de Mark Lenders y su tiro del tigre o las piruetas de Ed Warner bajo los palos. Y que levante la mano el que no sea capaz de cantar la canción.
Es curioso que de todo el manga, creado en 1981 para impulsar la práctica del fútbol en Japón, Antena 3 se empecinase en repetir los mismos capítulos una y otra vez, porque las andanzas de Aton y compañía fueron mucho más allá de lo que todo el mundo recuerda. Porque sí, amigos, el bueno de Óliver llegó a militar en las filas de lo que sería el FC Barcelona y hasta a disputar la final de la Copa del Mundo contra Brasil... y ganarla. Así, podría calificarse como una serie de ciencia ficción porque, patadas voladoras aparte, ver en el mundo real a un nipón siendo la estrella del Sao Paulo o del Barça, pues como que actualmente no cuadra.
Todavía hoy sigue el manga que narra el devenir de estos chavales por clubes de la liga española o la italiana. El anime parece ser que terminó con leyenda incluida: un misterioso final alternativo en plan Los Serrano en el que todo fue un sueño de un Óliver... ¡sin piernas por un accidente!. No creo que haya mucho de verdad en ello, aunque como la hermana de un amigo mío con el vídeo de Ricky Martin, muchos defienden haberlo visto. La verdad, eso tendría mucho más sentido.
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