Chismosos

Estos chismosos lo olisquean todo sobre los demás y se convierten en poseedores de la verdad -la única, la suya-

19 de septiembre 2023 - 00:00

Este verano el calor se ha impuesto inexorable sobre nosotros y ha calentado la testa de algunos pollinos de olor a choto sudado. Son gente que, como alacranes a la sombra de una piedra, empiezan este otoño a preparar su veneno triangulando combinaciones de insidias contra ti que, al principio, es un simple dizque sobre tu vida pero, desde ahí empezarán a alimentar su capacidad de envidia y terminarán con la energía vengativa de una guerra civil contra ti.

Probablemente ni los conozcas, o sí, pero una chispa de éxito personal o una corbata de Armani en tu camisa puede provocar un incendio de envidias en ellos.. Ya digo, quizás no formen parte de tu vida, ni tu formes de la suya, pero usarán sus capacidades en forma de rumor contra ti como un látigo flagelante. En tanto, sus lacayos, triangulados por la misma malevolencia, tomarán por bandera el rumor levantado, y quedarás marcado a fuego, garantizado ya por la barragana de los que se prestan. Ese runrún en el que se mueve el rumor es la tea humeante que alimenta la envidia, como el fuego del oxígeno o el picor de las llagas, y es tan libre como profundo. Está tan instalado entre nosotros que es capaz, en un santiamén, de acomodar certeramente la mentira a la verdad.

Estos chismosos lo olisquean todo sobre los demás y se convierten en poseedores de la verdad -la única, la suya-, y si te eligen en una incierta curva de tu vida, sin esperarlo, puede asomar el rostro de algún carpanta del chismorreo, que te enfrentarán a otros o arruinará tu vida bajo el signo de Caín.

Estos artífices del rumor, militantes de la normal social que les conviene, llevan inoculado en su ser diversas formas de reptil y segregan el veneno preciso para destrozar tu prestigio, tu familia, tu reputación. No parece sean conscientes de que existan otras personas en las que laten sentimientos o estén necesitados del milagro de una caricia a tiempo, no; ni piensan cómo compensar los ríos de lágrimas que cuesta levantar un rumor, ni es posible hacerles comprender que, aunque cada rumor, cada difamación, cada chisme levantado no es un cadáver físico, eso no impide el funeral. Ten cuidado porque ese veneno te lo pueden inocular en cualquier momento. Es el caldo de cultivo de la ignorancia y la envidia que perviven todo el año. En cualquier caso, frente a tanta vileza no se me ocurre otra cosa que no sea no dejar que el odio o la venganza regulen tu vida, y te atrapen. Eso, quieras que no, saberlo te abrirá horizontes y podrás, al menos, vivir de espaldas a los infames.

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