La guerra de Ucrania no solo es una novela de Ághata Christie, sino también, de Paula Hawkins. Rusia está colocando bombas termobáricas y misiles hipersónicos KInjal en el tablero del orden mundial, aun cuando el conflicto se quiera circunscribir a partes de Ucrania y al Mar Negro. Dicho en román paladino: es una guerra mundial, en clave telegram. Lo que preocupa a Europa no solo es que Rusia gane, sino que China desplace a Estados Unidos como primera potencia mundial.

Las preguntas imprimen la duda:. ¿Tiene algo que ver el confidente y. pianista de Hitler con el confidente y pianista de Putin? ¿Existe Putzi II? Thomas Snégaroff tiene el código de de la narratología.

El reloj de pared marca la blancura del alba, mientras el sol de la noche oscurece en su ocaso. Ucrania resiste y Zelenski es ya leyenda, entre los doscientos ochenta caracteres de la twiteratura y un móvil satélite. Los mensajes del presidente son, así, un silogismo socrático, un verso de Yeats y el silencio en voz alta del wifi. Putin no supo ver que La tierra es plana de Thomas L. Friedman no es ficción, sino realidad. ¡Los muros se derrumban y las ventanas se levantan!

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