La cuarta pared

Gravity

El vacío, como ausencia de materia es imprescindible para poder percibir y materializar cualquier realidad espacial. Sin vacío no hay materia

El vacío. El vacío es la nada… pero por contraposición es el todo. Esto, que parece más una entelequia o un juego de palabras formal es una verdad absoluta que desde los primeros años en la escuela de arquitectura uno empieza a asimilar gradualmente, convirtiéndose casi en un axioma existencial. El vacío, como ausencia de materia es imprescindible para poder percibir y materializar cualquier realidad espacial. Sin vacío no hay materia, del mismo modo que sin oscuridad no hay luz.

Por nuestra naturaleza y fisiología estamos diseñados para vivir en el vacío que nos rodea y que al tiempo nos perturba y asusta si pensamos demasiado en ello. Como seres conscientes y racionales necesitamos posicionarnos y tomar ataduras o referencias espaciales dentro del vacío que siempre nos rodea y que además necesitamos. No hay nada más desagradable que la sensación de opresión que provoca la merma de ese vacío existencial cuando uno se queda encerrado en un ascensor…o confinado por semanas en una pequeño recinto. En el día a día nos sentimos protegidos por la materia que nos rodea y por la ligazón que la gravedad nos confiere al sujetarnos al suelo, pero necesitamos de ese vacío que nos envuelve para sentirnos seguros y confortables.

Por la noche, al mirar el cielo estrellado, perdemos la protección de la azulada bóveda celeste y tenemos la percepción de que el vacío se expande más allá de cualquier límite. A poco que uno lo piense, es como viajar a las estrellas. Es en esos momentos en los que se toma conciencia de lo aterrador que puede resultar ese vacío, si nos desconectamos de la materia que lo confina o acota, y que por ende, nos blinda como una coraza o caparazón vital.

En la película Gravity, Alfonso Cuarón consigue transmitir toda una amalgama de sensaciones acerca de la relación entre el vacío y la materia a muy distintas escalas. Desde la percepción de absoluta inmensidad y poder al sobrevolar la esfera terráquea como Ícaro, hasta las más perturbadora recreación de la vuelta al útero materno en el interior de la diminuta cápsula de reentrada.

Los vacíos son los espacios por los que nos movemos. Son la esencia que permite la percepción de la realidad que nos envuelve , son los caminos por los que discurre la luz que nos permite ver la materialidad de lo que nos rodea y percibir texturas. La arquitectura es espacio, es dar significado a una porción de aire encapsulada. La arquitectura en definitiva es vacío.

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