La cuarta pared

Proyectar en arquitectura

Para arquitectos, aparejadores, constructores, propietarios, estudiantes y decoradores.Con 3.600 grabados

Hoy ha sido uno de esos días que han empezado como los demás, pero que de manera fortuita ha experimentado un giro curioso. Mi tía, que se encuentra reorganizando su casa, se ha presentado en la mía cargada con unos libros viejos, de esos que acumulan polvo en el lomo superior tras décadas habitando de forma estática algún estante alto de la biblioteca. A pesar de su magnífico estado de conservación se nota que es un libro que ha tenido batalla. Se puede apreciar al abrirlo, pues las hojas pasan con la suavidad y ligereza propias de las páginas que han viajado de un lado al otro de la mesa en incontables ocasiones.

Yo ya conocía este libro. De hecho tengo el mío. Mucho más voluminoso y actualizado aunque más impersonal que este ejemplar de la cuarta edición en Castellano de la "biblia" del estudiante de arquitectura. Arte de Proyectar en Arquitectura, es un compendio gráfico a modo de enciclopedia dedicado a medir y cuantificar todo. Desde lo más grande a lo más pequeño que pueda tener trascendencia a la hora de arrancar en el diseño arquitectónico. Cuánto radio de giro necesita un coche en una rampa de garaje, cúal es la distancia optima entre las sillas de una mesa de comedor, qué espacio dejar entre las filas de butacas en un auditorio, o cómo resolver el espacio de almacenamiento en el altillo de un vagón de ferrocarril son solo alguno de los ejemplos que en este libro se pueden consultar, a través de sus excelentes dibujos, diagramas y tablas.

Esta joya de la normalización, como no podía ser de otra manera, fue obra de un arquitecto alemán. Ernest Neufert, que a los 21 años llegó a ser jefe de estudio del mismísimo Walter Gropius, dedicó gran parte de su vida a la docencia y a la realización de esta magnífica obra a la que tantos arquitectos le debemos tanto. Cuestiones relativas al soleamiento y la orientación, pendientes y desarrollos de escaleras, organigramas de funcionamiento de un hospital, de un aeropuerto o de un centro comercial, se tratan de forma sistemática aportando una información de base que facilita al novato un punto de arranque para poner en medida una idea germinal.

Leonardo da Vinci creó al hombre de Vitrubio estudiando sus proporciones matemáticas ideales. Le Corbusier convirtió estas en un sistema de medidas basado en la proporción Áurea y en las sucesiones de Fibonacci. Sin embargo, Ernest Neufert, logró pasar del campo de la mística filosofía matemática, al imperfecto pero pragmático mundo de lo tangible.

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