La tribuna

Coronel Javier Soriano

Semblanza de un ilustre almeriense

30 de septiembre 2016 - 01:00

LO que Infaustamente caracteriza a la época presente es la falta de fe en todo: en los grandes ideales y en los pequeños, la desconfianza en el propio esfuerzo, la creencia en la inutilidad de nuestros trabajos, todo lo cual engendra la indiferencia, la apatía y el escepticismo, que hoy nos invaden en todos los órdenes de la vida y son materiales que podrán ser demoledores, pero nunca serán constructivos. Los almerienses tenemos un grave defecto, un defecto garrafal, somos indolentes, somos apáticos, y esta indolencia y apatía redunda en perjuicio de nuestra madre Almería. Procuremos desterrarla y Almería será grande.

Almería tiene la hermosura de su cielo, la benignidad de su clima, el esplendor refulgente de sus crepúsculos, la fertilidad de su suelo, la riqueza de sus minas, la majestad de ese mar latino que lame sus pies; cuenta con hombres inteligentes, con mujeres encantadoras, con flores fragantes, con frutos sabrosos. Almería posee cuanto es preciso para ser rica y grande. Solo le falta que sus hijos nos propongamos de veras que lo sea. Pues ¡vamos a proponérnoslo!"

Estos párrafos, cuyo contenido no ha perdido su sentido a pesar del paso de los años, están extraídos de la conferencia "Porvenir Militar de Almería. El proyecto del General Sotomayor" impartida por el Comandante de Ingenieros D. Jose María de Acosta y Tovar en el Salón de Actos del Excmo. Ayuntamiento de Almería el 16 de febrero de 1923. Conferencia impartida a propuesta de la Directiva de la Delegación de la Liga Africanista en Almería, y en la que el Comandante Acosta habló del porqué de nuestra actuación en África, los puntos de vista inglés, francés, alemán y el nuestro, de la necesidad de mantener nuestra presencia en Marruecos, de la importancia de las reservas estratégicas de la zona oriental y la necesidad de alojar estas reservas en Almería de acuerdo al proyecto del General almeriense Alvarez de Sotomayor, con el impulso que este proyecto supondría para el porvenir comercial de Almería. En 1911 el General Alvarez de Sotomayor había requerido a Acosta y al Teniente Coronel de Ingenieros Paniagua para redactar un proyecto de un Campamento Militar donde albergar y adiestrar estas reservas estratégicas, hoy la actual Base "Alvarez de Sotomayor" en Viator.

Acosta, además de militar, era escritor y articulista, siendo autor de las novelas El morbo, La venda de Cupido, Amor loco y amor cuerdo, Entre faldas anda el juego, La Saturna, Las pequeñas causas, Las eternas mironas y Al cabo de los años mil. Miembro de la tertulia "El Gato Negro" del Círculo de Bellas Artes de Madrid, del que fue socio fundador. Colaborador en numerosas publicaciones nacionales y extranjeras como el ABC, Blanco y Negro, La Tribuna, La Acción, Los lunes de El Imparcial, La Raza en Buenos Aires, Cervantes en La Habana o Colombo en Roma. Socio de honor de la casa de Cervantes de Río de Janeiro, Miembro del Instituto de Coimbra y de la Academia de Ciencias de Portugal, y como representante del periódico ABC asistió a diversos congresos internacionales.

Acosta era almeriense y había nacido en el entonces Paseo del Príncipe en 1881, compañero de bachillerato de Francisco Villaespesa, ingresó en la Academia de Ingenieros de Guadalajara consiguiendo el despacho de Teniente del Cuerpo de Ingenieros en 1905 y ejerciendo con el empleo de Capitán el mando de la estación radiotelegráfica de la Alcazaba de Almería. Retirado del Ejército al acogerse a la conocida como "ley Azaña", internado en 1936 en la cárcel modelo de Madrid, murió asesinado en Paracuellos del Jarama el 8 de noviembre de ese mismo año, fruto del odio entre hermanos.

En el año del cuarto centenario del fallecimiento de Miguel de Cervantes Saavedra, ejemplo de unión de la espada y la pluma como soldado y escritor que fue, creo oportuno recordar la figura de este almeriense que decidió alternar su vocación militar con su labor como escritor, fundiendo en su figura, al igual que Cervantes, la espada y la pluma. Tengo la suerte de compartir tertulia con uno de sus nietos, el Coronel D. Juan Manuel Gallego Acosta, el primer Subdelegado de Defensa en Almería (1995-2000), a quien dedico estas líneas en honor de su abuelo, el ilustre almeriense militar, escritor y asiduo articulista D. Jose María de Acosta y Tovar, y que hoy la ciudad que le vio nacer mantiene vivo su recuerdo con una calle en el casco histórico que lleva su nombre.

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