Ciencias Experimentales

Juan Capel Salinas

Tricomas: barreras contra plagas, tejidos o drogas

28 de octubre 2022 - 01:45

Prácticamente todas las plantas terrestres muestran en algún lugar de su anatomía protuberancias formadas a partir de modificaciones de sus células epidérmicas que reciben el nombre de tricomas, o coloquialmente pelos. La forma más sencilla de clasificar los tricomas es atendiendo a si tienen la capacidad de sintetizar sustancias en sus células y, en este caso, les llamamos glandulares, o si carecen de esta propiedad los clasificamos como no glandulares. Los tricomas son unos grandes desconocidos para los no especialistas, si bien su importancia económica y social es inmensurable. Por ejemplo es muy probable que el lector de esta columna esté vestido con al menos una prenda de ropa tejida a partir de los largos tricomas no glandulares que se sintetizan en la superficie de las semillas del algodón, llamados fibras. También son muy conocidos los tricomas glandulares del cannabis, que producen cannabinoides, sustancias psicotrópicas. Aunque la hoja de cannabis es de una simbología icónica, la mayor densidad de tricomas y cannabioides se encuentra en sus flores femeninas.

En el Grupo de Investigación Genética y Fisiología del Desarrollo Vegetal de la Universidad de Almería estamos interesados en conocer el mecanismo molecular por el que se forman los tricomas de tomate, cultivo de la mayor importancia económica para nuestra provincia. En todos los órganos de la parte aérea de las plantas de tomate se producen tricomas glandulares que no se pueden ver a simple vista. Los más abundantes de estos tricomas tienen un aspecto que recuerda a una seta que estalla al menor contacto y libera sustancias muy olorosas y pegajosas, el verdín que se acumula en las manos y la ropa de todo el que se acerque o manipule una planta de tomate. Estas plantas también producen largos tricomas que se aprecian a simple vista pues llegan a medir milímetros de longitud. Los resultados de nuestras investigaciones nos han permitido conocer algunos de los genes que controlan la formación de tricomas. A partir de esos resultados hemos modificado con herramientas biotecnológicas el genoma de tomate hasta conseguir que produzca un enorme densidad de tricomas. Esas plantas con más tricomas son muy resistentes a las plagas y podrán ser cultivadas fuera de la Unión Europea. Deberíamos plantear cambios legislativos antes de que nuestros agricultores pierdan su competitividad frente a terceros.

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