OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
GANAR no es lo más importante en el fútbol. Es lo único importante. El espectáculo, para otros, es prioritario. Se juega para ganar y lo demás son pajaritos y flores. Es muy prosaico, lo reconozco, pero tanto como irreal y romántica es la teoría por la que se asegura que los goles suceden al buen juego y nunca le preceden.
El Almería lleva el doble de goles marcados que encajados y ha dejado su portería inmaculada en los tres últimos partidos, Copa incluida. Y está en la zona noble. No hay trampa ni cartón. El Real Madrid fichó a Mourinho para ganar al Barça. El Almería contrató a Lucas Alcaraz para cerrar la sangría de goles de la pasada temporada.
Y el técnico granadino es un consumado especialista en esta faceta. Una parte de la afición le criticó los cambios contra el Celta. La obligación del entrenador no es ganar, sino poner todas las condiciones al servicio de la victoria. Y el inquilino del Mediterráneo las puso.
El equipo ha mojado siempre y es el único invicto en competición oficial de Segunda, entre Liga y Copa. Los hay que confunden valor y precio. Y los más puretas y de un gusto más refinado sostienen que el juego del equipo no enamora. El que esto suscribe también cree que la vida no consiste en contar las veces que respiras, sino en las que te quitan la respiración.
Ya se sabe que el reparto más equitativo es el de la inteligencia porque todo el mundo cree tener suficiente. En el fútbol, lo último no es lo definitivo. Yo me quedo con lo que cantó El Último de la Fila en su primer álbum: "Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana".
También te puede interesar
OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
En tránsito
Eduardo Jordá
¿Tú también, Bruto?
Un relato woke de la extrema izquierda
Ciavieja
Las pensiones vuelven a subir