Tener un ejemplar de periódico entre las manos o navegar por su edición en la web son un hábito común para quienes mantienen o se inician en la lectura de la prensa diaria, con sus cada vez más diversos contenidos y secciones. Que así ocurra cada día, en una normalidad inalterada, hace pensar en que la ordinaria cita con el periódico más resulta de un automatismo mecánico que de una laboriosa elaboración. De este modo suele ocurrir, por otra parte, con todo aquello que se hace costumbre en el diario transcurso de cada jornada, al no interrumpirse nunca su presencia o solo con excepciones consabidas.

Diario de Almería cumple quince años y sería fácil recurrir a la metáfora de la niña bonita con que se pone apodo al número 15 y su relación con la suerte del azar, o a la despuntada hermosura del estreno de la adolescencia, sexo aparte. En un periódico, sin embargo, quince años dan muestra de una consolidada aceptación y esta no es ajena, sino que responde, al modo en que se hace con un espacio, propio y por eso diferenciado, en la concurrencia de los medios que lo buscan.

Para que, un día detrás de otro, el periódico espere en el kiosco y tenga actualizados sus contenidos en la web, esa acostumbrada normalidad de su publicación conlleva una ardua, incesante y frenética tarea que ocupa a un nutrido equipo de profesionales con las resueltas disposiciones de la dirección del periódico. Además de no renunciar a los principios mayores que ensalzan el oficio periodístico, a fin de que los lectores encuentren informaciones genuinas, esto es, no desvirtuadas por intereses de distinta naturaleza y condición. Además de contar con opiniones diversas -información y opinión tienen buena vecindad en la edición de los periódicos, pero cada una en su casa- que animen el debate o repartan los juicios.

Después de 15 años con la ininterrumpida dirección de Antonio Lao, Diario de Almería cuenta con una marcada identidad de la que resulta un periódico conocido y reconocido. Un comprometido grupo profesional tiene no poco que ver con ello, en esa horma que el director procura para que cada día el periódico tenga su mejor acomodo. Y, asimismo, no se encorsete ante el devenir de sus páginas, de su edición, ya que no solo es cambiante la actualidad, sino los modos y maneras de presentarla y, si se quiere, aderezarla en lo que ahora son y llegarán a ser los periódicos. De suerte que feliz aniversario y estimulantes expectativas.