El Bombita de?la mayonesa

21 de septiembre 2025 - 03:11

Que un hombre vaya por gasolina para meterle fuego a un bar porque no tienen mayonesa para el montadito que pidió es surrealismo agropop. Va más allá de Torrente. A saber qué pasó. Qué cortocircuito fundió sus sesos, qué ofensa dinamitó su locura, qué carga tendría sobre su cabeza ese hombre, qué antecedentes o qué desequilibrio lo movieron. ¿Era malvado y violento? ¿O fue un caso como el de Bombita que interpretó Ricardo Darín en Relatos salvajes, un “hasta aquí hemos llegado y me voy a buscar la ruina”? Bien puede que una ruina diferida por quién sabe qué semillas negras. No debe de ser nada cómodo ser juez, ni me he puesto una toga en mi vida, ni tengo idea de qué en verdad pasó: juicio habrá. El ingeniero Bombita acabó siendo un héroe popular en Buenos Aires. De película. Todo.

No daba crédito a la noticia que pocos días más tarde leí. Dicen que el objetivo de la publicidad es la notoriedad, y también el ridículo suele ser notorio. Una marca de salsas, Hellman’s, hace mercadotecnia de casquería con el asunto. A qué genio de periferia con MBA se le habrá ocurrido en la multinacional Unilever el lema Contad con nosotros: la empresa se ha ofrecido a pagar la reparación de los daños del establecimiento. Si no leo, no lo creo. No sé quién está más majara, si el Bombita del pueblo de Los Palacios o el genio de la segmentación y el posicionamiento; virguero del branding y la responsabilidad social corporativa. De Torrente a Pantomima Full.

Por quitar hierro al disparate, diremos que la mayonesa es una cosa muy rica, pero tenida por vulgar, poco saludable, con la que, si se le es aficionado, se peca a veces en la intimidad. Recuerdo la nevera de casa de mi abuela, una Westinghouse prima estética del Volkswagen “escarabajo” y con apertura de palanca, en la que había siempre prodigios como el agua con gas... y un tarro de mayonesa –eran tiempos de minipímer, y los camareros decían mahonesa--. De Ybarra siempre. En la alacena aneja habitaba un cómplice que por entonces era de otro mundo: grisines. Los picos con mayonesa están muy infravalorados; hay mucho ocultón en este tema. De ahí a meterle un cerillo a un bar por no tener o no quererte dar una monodosis de la salsa reina va un trecho. Aprovechar el tirón para meterse en un cutre huerto y hacer marketing escribe el estrambote a un esperpento.

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