¡Caballero legionario Daniel! ¡Presente!

03 de noviembre 2025 - 03:08

El viernes 31 de octubre se nos heló la sangre cuando nos llegó la fatal noticia del fallecimiento el militar Daniel Ruiz Mateo en acto de servicio. Él formaba parte de muchos y diversos grupos de amigos, donde todos convenían que su primera y principal característica era su sonrisa y una visión positiva y siempre optimista de la vida.

La Legión Española está de luto, cuyos legionarios llevan inoculado en sus sentires el “Credo Legionario” que son el honor y el servicio abnegado. La muerte de Daniel es el ejemplo -uno más- de lo que la Legión hacen todos los días silenciosa y eficazmente en todos y cada uno de sus damas y caballeros y en todos y cada uno de los cuatro Tercios por pura vocación y servicio a la Patria. Así de claro lo ha dejado Daniel y los heridos que deseamos su recuperación.

Daniel caminó al V Tercio de la “Resurrección”, conforme al Credo niceno-constantinopolitano para consuelo de sus familiares y amigos y para las Fuerzas Armadas y, en particular, para La Legión. Pero la profunda y antropológica llamada a la vida que llevamos en nuestros tuétanos, y que nos hace revelarnos ante una muerte descarnada y prematura nos recuerda que ésta no tiene la última palabra, que no es el final del camino; que aunque morimos no somos carne de un ciego destino. Nos revelamos contra la muerte que nos hiere y nos humilla a cualquier edad y circunstancia, porque hay alguien -no “algo”- que nos llama más allá tras los ramos de la pasión a la pascua florida de la resurrección.

La muerte es un fracaso aparente en todos los aspectos; morir sin más en el patíbulo de una cruz sería racionalmente un sinsentido y una tomadura de pelo, si no fuera porque lo que da sentido a nuestra fe y hace creíble nuestra esperanza es el tercer día, el sepulcro vacío, la Pascua anunciada y anticipada en el Tabor y en la resurrección de Lázaro o la de la hija de Jairo.

A pesar del dolor y el desgarro que nos embarga es una respuesta de nuestra esperanza, la respuesta del Credo Legionario a las damas y caballeros con chapiri. Es la respuesta al espíritu de la muerte, la del Protector Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas: El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde. Que el Señor de la vida y la esperanza, fuente de salvación y paz eterna, te otorgue la vida que no acaba, en feliz recompensa por tu entrega. Paz y Bien.

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