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Cada vez que paso por la puerta de un colegio a la hora de entrada o salida de sus alumnos, me sorprendo de la cantidad de coches que hay en sus proximidades, y siempre me hago la misma pregunta: ¿dónde están los colegios?. Intento explicarme: si no estoy equivocado, una de las razones principales para la concesión de plaza en un colegio público o concertado, es la proximidad del domicilio familiar al colegio. Luego supongo que esos niños podrían ir andando al colegio. La segunda reflexión que me hago es: ¿son conscientes los padres de lo importante que es para los niños la socialización que les reporta el hecho de ir caminando al colegio?. Quienes estudian y saben de esos temas, han demostrado que para los niños es muy importante el hecho de ir en grupo, hablando de sus cuitas, y comentando “sus cosas” durante ese trayecto. De hecho, los estudiosos dicen que esas caminatas, como son activas mejoran la conciencia espacial, la toma de decisiones, la concentración escolar y el conocimiento del entorno, lo cual fomenta su madurez y responsabilidad. Además, esta práctica tiene influencia también en su desarrollo social. Esto se debe a que los momentos en los que se sienten libres y seguros son los mejores para crear un ambiente de aprendizaje y establecer relaciones saludables.
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