Cónclave

07 de mayo 2025 - 03:11

La película. Pocas veces el cine actual de grandes superficies ofrece alguna película mínimamente apreciable. Y esta además hace coincidir un cónclave ficticio con un cónclave real, con un desfase de tiempo ya que la película creo que no se exhibe ya (ahora un par de semanas y venga la siguiente morralla). El cónclave real (es decir, papal) si que se exhibe y falta en tiempo real, la telecónclave. Es curioso ver como antes de que se muera, un papa da como ni fu ni fa, salvo que se salga de tono, pero en general todos empiezan fuerte y terminan enclaustrados en el bunker vaticano sin poder decir una palabra más alta que otra. El Papa bueno no es Francisco, sino Juan XXIII, de intenso recuerdo, incluso para los no cristianos. No se pueden nombrar más papas como papas buenos, porque al mismo tiempo se clasifica al resto como papas no buenos, o papas un poco malotes, o papas no tan buenos. Bueno, bondadoso, bonachón, bonancible, buenismo, ya empezamos mal. Hablando de la película, tiene algo bueno, que todos los actores se lo creen, creen que son los cardenales y que el cónclave es real y así lo parece, las estancias, las comidas, las reuniones, las puyas, los secretos, los dossiers, los informes, el mensaje del decano, su bondad buenista y evangélica, que troca en ira (cuarto pecado capital). Ninguno pues puede tirar la primera piedra, salvo él, el decano (que ya no es el actor, es el decano mismo porque me creo lo que dice y hace). El ambiente de curia corrupta y humana, demasiado humana, deslizando paralelismos con la otra gran película, Las Sandalias del Pescador, el cardenal mexicano que viene de tierras conflictivas (Anthony Quinn era de origen mejicano, nació en Chihuahua y se llamaba Manuel Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca, tal como suena). Y luego, toma spoiler que te crió, también lo eligen Papa pero con execrables disputas cardenalicias de por medio. Muy bien los intringulis del cónclave, comen, duermen, fuman, toman café, a ver si pensáis que los encierran con un sandwich y varias latas de atún en la Capilla Sixtina. Y toma polémica religiosa-mundo radical y polarizado, el cardenal ese quiere empezar de nuevo las cruzadas. Sí, es lo que nos faltaba, guerras religiosas y el Cid Campeador. Tranquilos, el spoiler tiene todavía cola. Huy, casi lo cuento. Pa una película que se libra, veré mil veces más Las Sandalias y ninguna vez más este folletín purpurado.

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