Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Anatomía de un bostezo
La Fundación del Español Urgente (Fundéu), promovida por la RAE y la Agencia EFE, ha escogido ‘arancel’ como palabra del año 2025. Muy bien, pero uno habría elegido ‘contundencia’, o al menos la habría incluido entre las once finalistas. ¡Es que ni eso! Los que en Moncloa elaboran los argumentarios que repiten como papagayos los miembros del Gobierno, igual son de mi opinión. “Tenéis que decir que, ante los presuntos casos de corrupción y acoso sexual, hemos respondido con total contundencia… ¿A qué vienen esas carcajadas? ¡Silencio!”. “Es que… es que si decimos eso nos va a dar la risa...”. “¡Nos va a dar la risa, nos va a dar la risa! Hay que decirlo pensando en algo muy triste, dramático, por ejemplo, que mañana hay una remodelación y sois cesados”. Luego hay quien, como tiene en la memoria otro argumentario referido también al mismo asunto, va y se lía, que ya ha pasado: “Nosotros ante la corrupción, contundencia cero”. “¡Que no, que no! ¡Que lo que es cero es la tolerancia!”. “¡Huy, perdón!”. “¡Ahora estamos con la contundencia! Hay que responder que hemos sido contundentes, muy contundentes, absolutamente contundentes. ¿Queda claro?”.
Está por ver, tanto si gobierna el PSOE como el PP, que alguien del propio partido desenmascare a uno de los suyos. No lo verá usted, ni sus hijos, ni sus nietos; no lo verá nadie. Que alguien de un partido coja por el pescuezo a un compañero presuntamente corrupto y lo denuncie ante la Justicia es, políticamente, antinatural. O haga lo mismo con otro pillado con la bragueta abierta delante de una subordinada. ¡Es que por lo menos podía subirle la cremallera! Y si se la subiera de forma contundente, mucho mejor. Serán estructurales la corrupción y el machismo, pero mucho más estructural es que uno meta la mano en la caja o en el escote y el compañero que está cerca mire para otro lado o se ponga a silbar. ¿Contundencia? Sí, para tomarnos por idiotas. Nos toman por imbéciles de una manera contundente y a todas horas. Y, claro, eso de ejercer tanto la contundencia es muy cansado. ¿Que el presidente ha cogido quince días o más de vacaciones? ¡Tendrían que ser tres meses! ¿Se imaginan un trimestre sin verlo, sin que nos bostece porque no le comprendemos? Y los diputados y diputadas, para lo que hacen ahora, nada de volver en febrero. Que descansen hasta mayo, como mínimo. Con contundencia, mi palabra del año, con todos los respetos a FundéuRAE y EFE.
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