a partir un piñón

Elio / Sancho

El desierto no está en Tabernas

09 de abril 2011 - 01:00

NO quiero parecer demasiado duro, solo reflejar la realidad de lo que hemos visto en los últimos tres días en nuestra querida y veterana Expo Agro, que ha cumplido 26 primaveras y que son muchos los empresarios que han sudado la camiseta para que llegase viva hasta esta edición, buscando siempre la fórmula para reinventarse y continuar siendo una referencia en el panorama internacional de los certámenes agroalimentarios.

Sin embargo, muy a nuestro pesar, tenemos que reconocer que nuestra feria ha perdido enteros de una forma alarmante. Hay que reconocer el esfuerzo y la ilusión que han puesto quienes están detrás, pero, a veces, esto no es suficiente.

En este caso, la falta de recursos económicos se ha dejado notar más que nunca. La maldita crisis económica que venimos arrastrando desde 2007 y que no se quería reconocer (seguro que muchos porque sabían de sus efectos) ha hecho mella a la hora de contratar más espacios en la feria, que en algunas zonas parecía una tierra en barbecho a la espera de mejores frutos venideros. La eliminación del recurso cameral por parte del Gobierno ha sido el remate que ha terminado por asestar un golpe de gracia a una institución que ha organizado con sobriedad una feria durante un cuarto de siglo, con sus vaivenes, pero sin llegar jamás a lo visto este año.

Los agricultores y empresarios que viven del sector agrícola están preocupados por su feria y por su futuro, al igual que todos aquellos que amamos esta tierra. No se trata de tirar piedras, sino de arrimar el hombro, entre todos.

Expo Agro ha estado muy vacía. Eso es un hecho. Ahora vamos a tratar de llenarla. Ante Berlín y Madrid, nosotros tenemos el producto y el tejido productivo. Traigamos a los compradores y que lo vean in situ, quedarán boquiabiertos con el trabajo que aquí se hace; se cerrarán ventas y la feria recuperará el esplendor perdido.

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