Desaladora de Villaricos, doce años esperando obras
Dulce hogar
Ajajá. Ahora resulta que faltan viviendas. Este país nunca tiene el número de viviendas adecuadas. O sobran o faltan, y siempre por cientos de miles. Póngase usted a construir viviendas, o una vivienda sola. Como todo se estaba haciendo muy mal y ahora se hace muy bien empiece por amontonar uno encima de otro los códigos técnicos, códigos estructurales, leyes de accesibilidad, Decretos de accesibilidad, planes generales de ordenación urbana, ordenanzas de ruidos, y puestas una sobre la otra le falta altura al techo de su casa. Y después está, claro la determinación españolísima de que siempre queremos y no queremos al mismo tiempo. Queremos más viviendas pero no queremos que nadie gane dinero construyéndolas ya que detrás de él viene el fantasma de la especulación. vivienda sí especulación no (menos yo). Queremos normas, todavía más, pero que no sean un impedimento para construir viviendas o modificar otro tipo de inmuebles para que sean viviendas. He aquí otro fantasma que recorre España: cambios de uso y alquileres turísticos. Un ejemplo: Para transformar locales en planta baja en viviendas no se pueden sacar la ventilación de baños y extractores de cocinas a fachada, aún cuando todo el edificio las tengas sacadas a fachada. La lex sed lex, dura o blanda, hágase la ley dijeron y se hizo. Háganse 3 normas, municipales, autonómicas, estatales, para cada cosa. Díctese, apruébese, descárguese, imprímase y estúdiese. Ya no acudimos a las librerías para comprar lo tochos de normativa actualizados, ahora nos los descargamos y con suerte los imprimimos y encuadernamos. Ya no hay casi bellos aranzadis porque total, cuando menos te lo esperas cambian un 5 por un 6 o donde era así ahora es asá y a tirar todos los tochos. La legislación ha avanzado un pequeño paso para la ley y un gran paso para el ciudadano, ya todo está disponible y certificado en el boe como legislación consolidada a golpe de clic. No se necesita ya el paraninfo recopilatorio, o el tecnos de coloreadas franjas rosas, ya están detrás de los libros de detrás abochornados ante las grandes cantidades de pdfs legislativos. Todo está normalizado, hasta la pendiente de los alféizares, sí, sí. Hemos evolucionado tanto en normas que ansiamos más. Más viviendas, más normas, más especificaciones, más folios, más epígrafes. Tristes de no poder aplicar más normas, y elementos materiales ufanos de no cumplirlas.
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