En la película Casablanca, el capitán Renault ordena cerrar el Café de Rick a la voz de: "¡Qué escándalo, qué escándalo! Me he enterado de que aquí se juega", al mismo tiempo que trinca un sobre que le da el camarero con su comisión habitual de la ruleta. Se parece a la reacción que han tenido varios estamentos futbolísticos, al divulgarse la investigación sobre los siete millones y pico (hasta ahora) que el F. C. Barcelona le ha pagado a Enríquez Negreira, exárbitro y vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), entre 2001 y 2018. Casualmente, el Barça le rescindió el contrato justo un mes después de cesar en su cargo del CTA. ¡Qué escándalo! Han dicho los árbitros al enterarse de que ese dineral lo cobraba Enríquez por "informes verbales" sobre los árbitros que iban a pitar los partidos del Barcelona. Por ejemplo, López Nieto, miembro del Comité que designa a los árbitros, está "sorprendido y avergonzado de que alguien utilice el estamento arbitral para vender humo (…) ha vendido humo y alguien se lo ha comprado". Con esta frase está acusando al club catalán y a Negreira de corrupción.

Datos comprobados: primero, el dinero ha salido de las arcas del Barça; segundo, lo ha recibido el mencionado Enríquez; y tercero, de su cuenta han salido, según la Agencia Tributaria, repetidas remesas de efectivo. A partir de aquí, las incógnitas: ¿Dónde han ido a parar esos siete millones de euros? Según la misma Agencia Tributaria, el patrimonio de Negreira no ha aumentado significativamente en estos dieciocho años. Varios testigos hablan se su afición por las marcas Mercedes, Chivas y Davidoff, pero solo en lujos fungibles no se gasta uno semejante perral. Otros que ha puesto el grito en el cielo han sido los gerifaltes de la Liga y de la Federación. Tebas y Rubiales no se pueden ver, pero han coincidido en repetir lo del capitán Renault. ¡Qué escándalo!, nos hemos enterado de que aquí se juega. Existe el precedente de la liga italiana en 2006, cuando Juventus, Lazio y Fiorentina fueron descendidos a segunda división por fraude deportivo. A la Juve, incluso, le retiraron los títulos de campeón de dos ligas: 2005 y 2006. Ante semejante precedente, a los ínclitos Tebas y Rubiales, les ha faltado tiempo para lanzar sendos mensajes de tranquilidad para sus colegas del juego, o sea, del negocio. Dicen que al Barcelona no se le puede sancionar deportivamente porque han pasado más de tres años. ¡Hagan juego, señores, la ruleta sigue girando!

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