Cómo funciona la Ley D’hont

La abstención en España, la indecisión y el descontento llevan a muchos almerienses a cuestionarse qué hacer

En elecciones, muchas personas se sienten desencantadas respecto a la idea de ir a votar. La abstención en España, la indecisión y el descontento llevan a muchos almerienses a cuestionarse qué hacer. ¿A quién voto, si nadie me convence? ¿Y si voto en blanco?

Todo ello depende del sistema que regula el voto: La Ley D’Hondt. Este modelo ha sido ampliamente criticado por sus características de reparto. Hay que puntualizar que la denominada Ley D’Hondt, en realidad es una idea, un mero sistema electoral. ¿Y si voto en blanco, dónde va mi voto? A diferencia de lo que se suele pensar, los votos en blanco sí cuentan, pero nunca se les da ningún escaño. Es decir, solo cuentan en el recuento total de votos. Cuantos más votos haya, más fácil será para los partidos obtener el 3% necesario para obtener la representación. (No es lo mismo el 3% de 100.000 votos que de 150.000). Un voto en blanco es aquel en el que se ha entregado el sobre vacío.

¿Por qué se dice que el voto en blanco ‘regala escaños’ a los partidos más grandes? Según esto, el voto en blanco hace más difícil a los partidos pequeños obtener representación. Como estamos en un sistema de reparto, todos los votos deben contar, pero también hay que repartir todos los escaños. El porcentaje de votos en blanco aumenta la desviación. El doctor en Comunicación Política y catedrático, Jorge Santiago Barnés opina que la Ley D’Hondt está injustamente demonizada, y pone un ejemplo sobre las consecuencias negativas que tendría, en España, otro sistema. “El sistema mayoritario no sería más representativo, sino todo lo contrario. No representaría las necesidades reales del país, sino que, en su 80%, representaría las necesidades de las 4 provincias más grandes (Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla).

¿Qué impacto tiene la abstención?

Muchos ciudadanos deciden no ir a votar para expresar su disconformidad con el sistema electoral, o como ‘castigo’ a los políticos. Pero tampoco queda claro el impacto de la abstención, si bien históricamente ha superado en ocasiones al 50% de la población.

El Profesor reflexiona sobre la abstención y el voto nulo: “Estamos en un país libre y puede ir a votar a quien quiera, eso dice mucho de un país. Tenemos derechos y también deberes, e ir a votar es un derecho, pero también un deber. El abstencionismo también es una crítica, pero prefiero que la gente vaya a votar y que vote nulo; así das un ejemplo de compromiso con tu país”.

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