Gacelas 1; Ayuntamiento 0
El partido al final lo han ganado las gacelas. Así hay que admitirlo, y no vale la pena seguir discutiendo sobre guitarras, cante, zapateado y volumen acústico. Ahora lo que hay que buscar es una solución para ubicar a la reserva en un mejor recinto, y donde la actividad de los ciudadanos no moleste a los animales. No sigamos buscando excusas y aceptemos que las gacelas murieron por culpa del flamenco, y como así lo dicen los técnicos del Seprona, que saben mucho más, por lo menos que yo, y como todo el mundo, gobierno y oposición, parece estar de acuerdo, a buscar ubicación donde a las gacelas no les molesten los acordes de la sonanta, o el taconeo de la bailaora. El parque no es el mejor lugar para fiestas durante el día solar, y menos durante los calurosos de julio y agosto, ni un metro de sombra tiene en estos momentos, es de imaginar que con el tiempo los árboles y las plantas crecerán, mientras ello ocurre, la noche lo convierte en un lugar ideal para el disfrute de la ciudadanía. Entre la alcazaba y san Cristóbal, con una muralla en vías de mejorar, el parque se puede y se debe convertir en ese gran recinto que te une a la historia de la ciudad, a las viejas piedras que levantaron nuestros antepasados y que siguen ahí para mostrarnos su fuerza y su belleza. La ciudad ha ganado un espléndido lugar con la hoya, en un entorno magnífico, no solo hay que cuidarlo, sino también usarlo, y si para ello hay que buscar una nueva ubicación a la reserva, todos deben trabajar en ese camino. Se ha escuchado que la responsabilidad es del ayuntamiento, y no creo que se pueda estar de acuerdo en que solo es de la ciudad, la reserva no es patrimonio municipal, por lo que no podemos echar sobre sus espaldas responsabilidades que no le competen. Busquen ese lugar donde las gacelas no sean molestadas por el vivir diario, donde la música no las ponga en peligro.
Un amigo algo cachondo, tomando una copa en esos días de flores y cruces, con un mayo que nos ha salido como anuncia el refrán, florido y hermoso, me comentaba que el parque sería ideal para que los jóvenes hicieran el botellón. No hay vecinos a los que molestar y portales donde orinar. Me da la impresión, le comenté, que te has olvidado de las gacelas, y si el ayuntamiento ha decidido que cambia el lugar de los conciertos, no creo que asuma la idea de permitir que la juventud almeriense se reúna a cientos, a miles, en el citado recinto. Pobres gacelas.
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