La grandeza del fútbol, casualidad o causalidad
LA grandeza del fútbol pasa por su probada capacidad para renovarse y hacerse ininteligible cada semana. El Mirandés es el último ejemplo de esta ilógica. La Primera, por su carga de previsibilidad en el sempiterno monopolio entre los dos grandes, es el reverso de esta realidad. El fútbol actual en la máxima categoría se limita a saber quién será el tercer clasificado, reto del resto de equipos. Es por ello que la Primera es la Segunda y la División de Plata es la División de Honor en cuanto a emoción. Como exigente, muy competida y larga, muy larga, son los sambenitos más recurrentes cuando se alude al segundo escalafón del fútbol patrio. Es la Segunda una Liga que se juega de sol a sol y sol tras sol. Se abrió el 26 de agosto, en plena canícula, y bajará su telón el 19 de junio, días antes de la entrada del verano, con el segundo play-off de ascenso. Pero no sólo es su duración, con sus 10 meses de competición, lo que la hace diferente. Sus otras especificidades se encuentran en las diferencias económicas y deportivas que se dan entre sus 22 equipos. Así, el Deportivo, actual líder, también lo es en materia presupuestaria. El equipo de José Luis Oltra maneja un presupuesto de 42'9 millones de euros. O lo que es lo mismo, los de Lendoiro igualan la suma de los presupuestos de los otros cuatro candidatos al ascenso. El Celta aprobó unas previsiones de 13,1 millones y es el segundo club con más presupuesto. El Almería, con 11,9 millones previstos, es el tercero del ránking. Hércules y Valladolid, con algo más de 9, son los otros más poderosos. El dinero no lo es todo, porque quien compra una casa, un libro o a una mujer no tiene a cambio un hogar, la inteligencia o el amor, pero no es casual sino causal, que estos cinco equipos marquen el ritmo liguero.
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