Influencia de la suerte

Sería un propósito contradictorio encontrar las razones de la suerte, sea esta buena o mala, ya que lo que sucede por casualidad escapa al control personal. Salvo que se confunda la suerte con el destino, con lo que esta para uno, y entonces la suerte no es casual, sino causal, por influir, de manera inevitable, la predeterminación. Mas sin que tampoco sea posible encontrar razones del curso de los hechos, o de lo sobrevenido, que parece debido a la suerte. Con carácter general, los proyectos, los retos, los empeños no suelen confiarse a la suerte, puesto que se estiman necesarios esfuerzos y talentos para ello. La suerte puede ayudar, así se piensa, y es en alguna medida necesaria, pero no parece, habitualmente, un factor decisivo. Alcanzar la riqueza y el éxito suelen considerarse logros deseables y la investigación ha reparado en cuánto importa la suerte para ello, con una conclusión destacada: más de lo que parece. Cuestión asociada es la del reparto de la riqueza, desigual y desproporcionado, pues, así como las habilidades humanas pueden tener una distribución más o menos normal, la abundancia se concentra, más que repartirse, entre personas que pueden ser más afortunadas que talentosas o inteligentes. Este resultado, que, como es procedente en las investigaciones, debe discutirse, no debería conllevar una desconsideración del esfuerzo o una devaluación del mérito. Se ha tenido en cuenta, así, el éxito en términos económicos, ligado a la consecución de riqueza a partir del talento, la inteligencia o la suerte de quien consigue este estado. Pero la influencia mayor del mérito parece clara, otra cosa es que adecuadamente valorado, en el ejercicio de responsabilidades públicas. Son repetidos, por ello, los principios de mérito, capacidad y publicidad en el acceso a tales puestos. Y la meritocracia, que suele relacionarse solo con los éxitos académicos, da referencia a una forma o sistema de gobierno cuyos puestos de responsabilidad se adjudican en función de los méritos personales. Luego, como también es característico de la investigación proponer nuevas líneas a partir de los resultados obtenidos, cabrían otros objetos. Uno es el de establecer en qué consiste el éxito, teniendo en cuenta el ejercicio de responsabilidades públicas. Y otro el de determinar el carácter e influencia de la suerte. No vaya a ser que esta no contribuya, precisamente, al éxito.