Comunicación (Im)pertinente

Francisco García Marcos

Israel cautivo

07 de junio 2025 - 03:09

Su cabeza apenas sobresalía de entre las sábanas que envolvían los cadáveres de sus 9 hijos. Mientras eran asesinados por el ejército israelí, ella trataba de salvar a otros pequeños palestinos en el hospital Nasser de Ian Younis. Pensé que la imagen y la historia de la doctora Alaa Al Najjar establecía el límite máximo de lo que podía socavar mi humanidad. Me equivocaba. Al día siguiente los informativos distribuyeron las imágenes de otros 5 pequeños gazatíes asesinados por los israelíes. Esta vez se los veía en el interior de su casa en llamas, moviendo desesperadamente sus menudos cuerpos en busca de una salida que nunca encontraron. Me sobrecogí al caer en la cuenta de que siempre es posible sobrepasar los límites del mal humano. En los campos de exterminio los nazis gaseaban a los niños antes de meterlos en los hornos crematorios. El sionismo ha subido un punto la crueldad que sufrió su propio pueblo y la administra sin remordimientos ni escrúpulos. Los medios recogieron reacciones de satisfacción y apoyo ferviente entre la extrema derecha israelí. Observado desde el exterior, es inevitable pensar que se ha apoderado de la sociedad israelí alguna forma de grave sadismo colectivo. Solo que crecí entre carmelitas descalzos, practicantes convencidos del Vaticano II, que hablaban de “nuestros hermanos musulmanes y judíos”. Entonces me asaltó la duda, ¿quedarán hermanos en Israel? Yo diría que sí. Tras los atentados de Hamás, en Mera Shearim, el barrio ultraortodoxo de Jerusalén, apreció una pintada escalofriante: “1400 terroristas sionistas neutralizados”. Para el judaísmo estricto, Dios destruyó Israel como castigo por las culpas acumuladas. Dado que solo el Mesías puede restaurar ese reino, el actual estado hebreo, además de ilegítimo, es manifiestamente herético. En conclusión, defienden un Palestina independiente, dentro de la que ellos puedan esperar en paz la llegada del Mesías. Desde una ideológico muy diferente, Yael, la hija del mítico general Dayán, fue la referente del pacifismo dentro de Israel durante décadas. Tengo la firme convicción de que el sionismo y la extrema derecha israelí son agentes genocidas dignos de ser perseguidos internacionalmente. En el banquillo de la Corte Internacional de La Haya junto a Netanyahu habría que sentar a todos aquellos que lo acunan. Pero, a la vez, intuyo que hay otra parte de Israel opuesta a esos planteamientos, un Israel secuestrado y cautivo, como dice mi amigo José Luis, siempre agudo y brillante.

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